Salud

Los peligros para la salud de la seta “de la esperanza”

La OCU alerta de la falta de evidencia cientifica en una seta milenaria oriental

Reishi, es una seta cultivada de forma ecológica en Japón
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La seguridad alimentaria se ha vuelto una pieza clave para los gobiernos y población en los últimos años. Este concepto hace alusión a la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, su acceso oportuno y su aprovechamiento biológico que de forma estable a en el tiempo permita llegar a toda la población del planeta.

Se considera que existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias. Esto añadido a sus preferencias en cuanto a los alimentos para alcanzar una vida sana y activa ha configurado muchas de las políticas llevadas a cabo en países en desarrollo durante este siglo.

Dentro de esta seguridad también se encuentra que los alimentos sean aptos para el consumo humano. En los últimos años han existido distintos tipos de alertas alimentarias que, incluso, han provocado graves problemas de salud pública, algo que las autoridades gracias a los controles han conseguido reducir exponencialmente.

Aun así, los gobiernos y organizaciones encargados siguen alertando de ciertos tipos de alimentos o medicamentos que en ocasiones se recomiendan por canales como internet y que carecen de evidencia científica.

El último caso es el denunciado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en relación a un hongo que se ha puesto de moda en los últimos años y que podría tener graves inconvenientes para la salud.

El reishi o Ling Zhi es un hongo que ha sido empleado por la medicina oriental desde hace miles de años. Gracias a este uso su utilidad en occidente ha crecido exponencialmente hasta el punto de ser considerada como “hongo de la inmortalidad” o “seta de la esperanza”.

Los defensores de este alimento destacan que esta tiene la capacidad de alargar la vida humana. Además, se le atribuyen poderes anticancerígenos, antitumorales y antivíricos. Incluso, se considera que el reishi aumenta la eficacia de las células inmunitarias T, claves contra el cáncer, junto a un gran poder antioxidante.

A todas estas bondades se les deben sumar otras expuestas por la OCU donde se destaca lo que la compone. Según la organización la seta “cuenta con triterpenos, ácidos (lo que le proporcionaría una actividad antihipertensiva, antihistamínica, hipocolesterolemiante, protectora del hígado y antiagregante plaquetaria), minerales, vitaminas del grupo B (sobre todo ácido fólico) esteroles, alcaloides, polisacáridos y todos los aminoácidos esenciales”.

Así las cosas, puede parecer que la seta es uno de los llamados superalimentos aunque la OCU denuncia que falta mucha evidencia científica al respecto. Para la organización “no hay evidencia científica consistente” que respalde sus usos en los tratamientos contra el Alzheimer, el cáncer o la diabetes, algo que puede ser un gran problema.

Aunque todavía no exista suficiente evidencia desde la organización si se destaca que algunos estudios muestran “que tomar reishi tiene un efecto real reduciendo los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer” aunque también se resalta que falta mucho camino por recorrer.

Posibles efectos adversos

Ante esta falta de evidencia cientifica la OCU tambien expone algunos riesgos para la salud derivados. Según la organización este hongo puede causar mareos, sequedad de boca, picazón, malestar estomacal y sarpullidos.

Además, la OCU recomienda evitar su uso en embarazadas debido a que no existe información de su consumo seguro durante el periodo. Incluso, las altas dosis de la seta pueden “aumentar el riesgo de hemorragia. Si te vas a operar, se recomienda dejar de consumirlo al menos 2 semanas antes de la intervención”.

Por último, cabe destacar que el hongo puede interacciones negativa con medicamentos contra la diabetes reduciendo el azúcar en exceso, antihipertensivos y anticoagulantes donde aumentaría el riesgo de hematomas.