Diez trucos caseros para eliminar el polvo y que la limpieza sea más eficaz

Una de las tareas del hogar más desagradecidas y que más obsesiona a los españoles es eliminar el polvo, que por mucho que se limpie siempre acaba volviendo. Y más con la llegada del buen tiempo, porque para ventilar se dejan las ventanas abiertas durante mucho más tiempo. Pero hay una serie de trucos y de precauciones que no evitarán que se vuelva a posar sobre los muebles pero sí ayudarán a que la limpieza sea más eficaz y duradera. Algo fundamental en los casos de que en casa haya alguien con alergia al polvo o a los ácaros.

Por ello, antes de coger el plumero, la botella de spray o la balleta, hay que tener en cuenta una serie de factores que suelen pasar desapercibidos. En primer lugar, uno de los puntos más importantes es mantener las ventanas cerradas. Hay que aprovechar las primeras horas del día para ventilar, con 5 minutos es suficiente para renovar el aire de una estancia, y dejarlas cerradas el resto del día. Además, eso contribuirá al ahorro energético en los días en los que por la mañana todavía hace frío.

Otro truco para evitar que el polvo entre casa es usar dos felpudos: uno fuera y otro dentro. Dejar los zapatos en la puerta también evita que los gérmenes entren en casa.

Una vez que hemos “protegido” el interior de la vivienda, se trata de hacer labores de mantenimiento. Así, otra de las tareas que a veces se olvidan y que son importantes para mantener a los ácaros del polvo alejados es lavar las almohadas con regularidad. Para mantenerlas limpias, hay que lavarlas al menos tres veces al año y con agua caliente, siempre y cuando su composición lo permita.

Al igual que las almohadas, aunque en menos contacto con la piel, estás las alfombras. Cuantas más haya en una casa, más polvo se acumulará. Además de precisar un aspirado de forma habitual, también es conveniente -siempre que se pueda, sacudirlas por la ventana o colgadas de una barandilla.

Las cortinas y las persianas son otros de los elementos que acumulan mucha suciedad y en ocasiones olvidamos lavarlas o limpiarlas con la periodicidad necesaria.

Limpieza de paredes, muebles, suelos

A pesar de que se tomen precauciones como ventilar el tiempo estrictamente necesario, limpiar alfombras, almohadas, persianas o cortinas, el polvo no va a desaparecer. Siempre vuelve. Como esto no se puede evitar, hay que tratar de retrasarlo el mayor tiempo posible.

En primer lugar, hay que dejarlo reposar. Si hemos ventilado la casa, el polvo que haya entrado tardará un tiempo en caer en las distintas superficies, por lo que hay que esperar antes de ponerse a limpiarlo. Si no, cuando acabemos de limpiarlo por un lado, estará lleno de polvo por otro.

Para empezar, lo primero que hay que tener en cuenta que toda limpieza hay que hacerla siempre de arriba a abajo, por lo que lo ideal es empezar con el aspirado de los techos y paredes (si procede) y finalmente suelo.

Importante usar un trapo de microfibra para limpiar porque atrae el polvo y no deja que se filtre y se dispersen por el aire. Se puede enganchar a una mopa con una media para limpiar lugares altos.

Decoración minimalista. Para que el polvo no se acumule tan rápido y su limpieza lleve menos tiempo, es mejor deshacerse de la mayor parte de los recuerdos que ocupan los muebles de toda la casa. Cuantos menos objetos haya menos polvo acumularán y menos habrá que limpiar. Es una cuestión práctica. Pero si aun así queremos mantener algunos, podemos meterlos en un mueble con puertas de cristal para que estén a salvo del polvo y puedan seguir estando a la vista.

Plantas limpias. Las plantas de interior son los pulmones del cualquier casa y son capaces de eliminar una parte del polvo. Por ello, es recomendable pasar una bayeta húmeda por las hojas y rociarlas con agua con un espray. De esta manera, podrán filtrar mejor el aire de la casa.

Limpieza húmeda. Después de eliminar el polvo, lo más eficaz es pasar un trapo húmedo por las distintas superficies o fregar en el caso del suelo. El agua elimina el 90 por ciento del polvo. En el caso de que no tengamos tiempo para hacer la limpieza húmeda y después la seca, optar por la primera siempre.

Espray antipolvo. Y para que sea más eficaz todavía, se puede utilizar un espray antipolvo casero a base de aceite, vinagre y limón, que retrasará la aparición del polvo y hará que no sea necesario limpiarlo tan a menudo.

Para ello, se puede fabricar un spray de manera sencilla para limpiar y desinfectar sin dañar el mueble. Así, deberemos coger un recipiente y echar una cucharada de aceite de oliva, un cuarto de taza de vinagre y 3 gramos de aceite esencial de limón (una cucharadita). Remover la mezcla durante unos segundos y verter la solución en una botella de espray con un cuarto de taza de agua. Rocía la cantidad que considere necesaria y es muy importante esperar un par de minutos antes de pasar un paño de microfibra para remover la suciedad. Si los muebles siguen sucios, habrá que repetir la operación.

En el caso de que no tengamos aceite esencial de limón o prefiramos hacerlo de forma casera, sólo se necesitará 2 cucharadas de aceite de oliva, el zumo de medio limón ydos o tres gotas de aceite de lavanda. En caso de realizar una cantidad mayor, se puede conversar en un tarro de cristal. El aceite de oliva mutre la madera, la protege de los efectos del sol y del paso del tiempo y les da brillo. El aceite de lavanda sirve básicamente para ahuyentar a los insectos y darle una fragancia especial.

Otra forma de crear un espray antipolvo es con suavizante para la ropa. Mezclar una parte de suavizante con cuatro de agua en una botella con difusor. Pulverizar sobre un paño de microfibra limpio y repasar las distintas superficies, incluidos cristales, ventanas y mamparas de ducha.

Una opción más rápida y también eficaz son las toallitas de bebé. Las toallitas infantiles son también un buen aliado contra el polvo, los restos de comida y de bebida en teclados de ordenador, cristales o pantallas de productos electrónicos. En este último caso, tened en cuenta de que la limpieza debe hacerse con el aparato eléctrico desconectado para que no le llegue corriente eléctrica y no se pueda estropear o darnos un calambrazo inesperado.

Otros cinco trucos que pueden ayudar a mejorar la eficacia de la limpieza

Cepillos de dientes o brochas. Para limpiar los lugares más inaccesibles como los raíles de las ventanas o rodapiés, los cepillos de dientes o las brochas serán un aliado más. Es más, para los raíles de las pertas correderas se puede usar un cartón de papel higiénico. Para ello, sólo hay que adaptarlo por un lado al tamaño del raíl y por el otro a la tobera o la boquilla del aspirador.

Calcetín. Para las zonas complicadas como son rejillas o lamas de una ventana, podemos usar un calcetín a modo de guante para atrapar la suciedad.

Rollo limpiador para la ropa. Estos objetos tienen una parte pegajosa muy útil para limpiar las pantallas de las lámparas y otras superficies de tela como puede ser una butaca o el cabecero de una cama.

Fundas para almacenar ropa. La ropa, las mantas, las almohadas los albornoces o las batas que no se usan habitualmente acumulan mucho polvo y es conveniente guardarlas en fundas.

Alcohol para los focos. El polvo de los focos es fácil de limpiar con un trapo humedecido con alcohol. Después de eso, el polvo se acumulará menos.