Informe

SOS educativo: 100.000 niños españoles no van al colegio

La Unesco reclaman un nuevo «contrato social» para acabar con las «injusticias» en el acceso a las aulas

Una vez más, la educación
Una vez más, la educaciónIsabel InfantesEuropa Press

Más de 100.000 niños en España no tienen acceso a la Educación Primaria, lo que supone un 2,7% de los menores en nuestro país. En el caso de los jóvenes, la tasa asciende al 3,2%. Con estas cifras como telón de fondo, la Unesco lanza una alerta sobre la necesidad de implantar lo que la entidad denomina «un nuevo contrato social» que garantice «el derecho a una educación de calidad a lo largo de toda la vida». Y lo hace a través del informe «Reimaginar juntos nuestros futuros», que que ayer se presentó en Madrid de la mano de la mano de la Fundación SM y con la colaboración de la plataforma EduCaixa, de Caixabank.

Para el experto en pedagogía y redactor del estudio, Noah Sobe, es necesario «reparar las injusticias del pasado mientras transformamos el mundo», lo que exige, entre otros desafíos, reducir las tasas de absentismo escolar. ¿La vía para lograrlo? «Las escuelas deben convertirse en lugares protegidos, que promuevan la inclusión, la equidad y el bienestar individual y colectivo», expresa este informe, que presenta como ejes fundamentales de la pedagogía del siglo XXI «los principios de cooperación, colaboración y solidaridad».

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, se da por cerrada la etapa de un profesor encerrado en el aula y aislado del resto del equipo docente: «La enseñanza es una labor profesional colaborativa». En lo que a contenidos se refiere, Sobe instó a los países a apostar por humanizar la enseñanza de las nuevas tecnologías y la sensibilización sobre el cuidado de la naturaleza.

«Podemos seguir una trayectoria insostenible o cambiar radicalmente nuestro rumbo», sostuvo Sobe durante su intervención virtual en la que apeló a este acuerdo de cooperación multilateral al que apela la Unesco ha de construirse desde la convicción –y los recursos económicos– de que la educación es un bien público y común.

En este sentido, la presidenta del Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid, Pilar Ponce Velasco, que participó en el acto, destacó la importancia de la financiación pública para mejorar la calidad de la enseñanza.

Así, Ponce remarcó «la importancia de conseguir equidad en la educación para que los alumnos puedan salir del sistema educativo con oportunidades de futuro, aprovechar la educación para romper techos de cristal». En esta misma línea de buscar modos y maneras de hacer frente al abandono de los estudios por parte de los adolescentes, la presidenta del Consejo Escolar aplaudió algunas de las sugerencias lanzadas por la Unesco, como su propuesta sobre el sentido de las evaluaciones, que «no deben ser para comparar unos alumnos con otros sino para compararse con uno mismo».

A la luz de estas reflexiones, la directora general de Fundación SM, Mayte Ortiz, instó a los agentes educativos a adentrarse en el aula de manera «diferente a como lo hemos hecho hasta ahora: pensar juntos y trabajar juntos».

A partir de ahí, hizo un llamamiento a las autoridades públicas, a los docentes y a las familias para comprometerse «desde la ética del cuidado y el desarrollo de la ciudadanía global». «Será cada escuela la que diseñe su futuro de acuerdo a cada realidad, desde unos consensos comunes», defendió Ortiz, que reivindicó la necesidad de que los colegios tengan cada vez más autonomía a la hora de elaborar sus planes de estudio, dentro del marco regulador que se estipule la normativa vigente.

«El informe es una invitación a la movilización social, un compromiso en torno a la educación por ser una fuerza motriz de transformación y una llamada a construir un movimiento de transformación», añadió.