Mascotas
Consejos para mejorar la convivencia con tu perro
Nuestra mascota debe integrarse de forma plena en la familia, la comunidad de vecinos o el barrio
El perro es un animal que vive en la sociedad y por ello debe integrarse de forma plena en su entorno social: la familia, la comunidad de vecinos, el barrio...
La familia
La convivencia del perro con el núcleo familiar será mejor cuanto más nos aproximemos al cumplimiento de los siguientes puntos:
- Elección del animal adecuado: debemos olvidar los gustos y los caprichos estéticos... el animal elegido debe adaptarse a las características y realidades de la familia.
- Consenso familiar en las pautas educativas: todos los integrantes de la familia deben dar ordenes «idénticas», deben ser constantes y tener paciencia, debemos ser coherentes (si uno reprende, el otro no defiende...)
- Cumpliremos los horarios y las rutinas establecidas: paseos, comidas, baños, cepillados...
- Adecuar las capacidades (principalmente en niños y ancianos) a las obligaciones para con el perro: Todos deben participar para conseguir que el animal los reconozca como compañeros del grupo, pero sin excederse en las atribuciones... (un niño jamás debe ser el «responsable total» de un perro).
Los vecinos, el barrio...
El entorno social «fuera del hogar» nos exige una serie de obligaciones que vienen marcadas por las distintas legislaciones de los ayuntamientos, comunidades autónomas... Debemos informarnos, ya que somos los responsables finales de los actos de nuestro perro y, además: «El desconocimiento de la ley no exime de la culpa».
Aparte de cumplir con las obligaciones legislativas, debemos actuar correctamente, como seres sociales y educados; para ello debemos tener presente:
- Existen personas que no quieren compartir su vida con mascotas, personas que no tienen afinidad con los animales, personas que les tienen miedo... Debemos ser absolutamente respetuosos con ellos (y ellos con nosotros). De nuestra actitud depende la mejor o peor integración de las mascotas en nuestra sociedad.
- Debemos enseñar al animal a no ladrar en todo momento. Si no lo conseguimos consultaremos con el profesional la forma de evitar este molesto y «antisocial» comportamiento.
- Debemos pasear con el animal provistos de collar y correa... ¡y utilizarlos!... El bozal debe usarse en los casos en los que lo requiera el animal, y en los que indica la absurda e innecesaria ley de perros potencialmente peligrosos...
- Debemos recoger las deyecciones de nuestros animales de la vía pública. Lo contrario, aparte de ser antihigiénico e insalubre, aumenta la injustificada mala fama de los perros en la sociedad.
- No acariciemos a otros perros si preguntar a su propietario. Evitaremos sustos y riesgos...
- El propietario es el único responsable de las acciones de su perro. Por ello es conveniente la contratación de algún tipo de seguro, no solo por que lo exijan las normativas...
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