¿Qué es el vino azul y cómo surgió este invento español?

Existen muchas variantes de vino, algunas hemos tenido la suerte de probarlas, mientras que de otras simplemente hemos oído hablar. Independientemente de si somos amantes del vino o no, pocos sabrán de la existencia del vino azul, una bebida creada gracias a un grupo de españoles en colaboración con la Universidad del País Vasco. Está hecho de una mezcla no revelada de uvas rojas y blancas que provienen mayoritariamente de viñedos en La Rioja, Zaragoza, León y Castilla-La Mancha y el precio de una botella de 750ml al por menor es de alrededor de 8 euros.

¿Cómo surgió?

El vino azul fue inventado por la empresa española Gïk en 2015, cuyos fundadores son Iñigo Alday, Imanol López, Jen Besga, Gorka Maiztegi, Aritz López y Taig Mac Marthy. Por su parte, López, explicó en una entrevista que ni él ni sus socios tenían experiencia previa en la elaboración de vinos, pero que “querían crear algo realmente innovador”. El equipo sentía que a la industria del vino de España le faltaba “una pequeña revolución” y la inspiración de este curioso color provino de “Blue Ocean Strategy”, un libro escrito por W. Chan Kim, un teórico empresarial nacido en Corea. “Él habla en su libro de los océanos rojos, que representan mercados de negocios saturados por especialistas (tiburones) que luchan por las mismas variables y por un número reducido de clientes (peces), y terminan en aguas teñidas de rojo. Y cómo es necesario revertir esto, innovando y creando nuevas variables, volver al azul. Nos pareció poético convertir una bebida tradicionalmente roja en una azul”, afirma López.

Desde sus inicios, la empresa ha seguido creciendo pasando de las 30.000 botellas que vendieron en su primer año, a las cerca de 500.000 de 2017. Asimismo, la empresa exporta ya esta bebida a más de 21 países, siendo Estados Unidos su principal consumidor y Francia, la eterna amante del vino, el segundo.

Elaboración

El vino azul se crea a base de la mezcla de diferentes variedades de uvas rojas y blancas y de dos pigmentos orgánicos para volverlas azules. El primero de estos colorantes naturales es la antocianina, que se obtiene de la piel de la uva roja y de otras plantas comestibles como la grosella negra, el repollo rojo o el hibisco. El segundo de estos colorantes es la indigotina, un compuesto orgánico comúnmente utilizado como colorante alimentario. Asimismo, el sabor resultante de la mezcla se realza con edulcorantes no calóricos para crear un producto que crea una sensación en la boca dulce, suave y de aromas afrutados.