Cómo eliminar los malos olores de armarios y cajones y lograr que siempre huelan bien

Cuando se acerca un cambio de estación o comienzan a cambiar las temperaturas tenemos que recurrir a prendas de ropa que llevan meses guardadas y, si no te mantiene una buena limpieza de los armarios y se toman una serie de precauciones, la ropa puede coge olor. Así, en los casos como estos días, que ya refresca por las noches en algunos lugares y queremos ponernos una chaqueta, jersey o sudadera de entretiempo podemos correr el riesgo de que el olor a cerrado nos acompañe durante todo el día.

Para evitar esto hay que tomar una serie de precauciones y seguir unos sencillos consejos. Para empezar, lo fundamental es que el armario y/o los cajones se mantengan limpios. Así, lo primero es vaciar el armario y preparar un barreño con dos litros de agua y 10 cucharadas de bicarbonato sódico. Después de mezclarlo bien, frotar el interior del armario con la mezcla y un cepillo de cerdas suaves. No conviene empapar mucho la madera para no dañarla, por lo que conviene pasar un paño para eliminar los restos de bicarbonato y secarlo.

Otra alternativa es realizar la limpieza con vinagre blanco o zumo de limón, ambos con un fuerte poder desinfectante y que eliminan hasta el moho provocado por la humedad. El problema del vinagre es su olor fuerte, que precisa una mayor ventilación antes de volver a guardar las prendas. Según un estudio realizado por la Universidad de Taubaté (Brasil), puede eliminar los hongos y el exceso de suciedad, por lo que deja la madera fresca y libre de aromas fuertes. En el caso de recurrir al limón, hay que diluir el zumo de un limón en agua tibia y frotar las paredes del armario con un paño de microfibra.

Antes de volver a meter la ropa hay que asegurarse de que el armario está seco y ventilado. Si la da el sol, mejor. Si no, abrir la ventana de la habitación y dejar el armario y los cajones abiertos para que se aireen durante un par de horas. Al igual que se hace con la habitación a diario, debería repetirse la costumbre con los cajones una vez por semana.

Antes de proceder a guardar la ropa de nuevo, es necesario comprobar que esté seca y que no esté impregnada del olor a cerrado del armario, lo que nos obligaría a volver a lavarla para eliminar el olor.

Uno de los principales errores y que contribuyen a la aparición de malos olores en la ropa es el uso excesivo de jabón y detergente en la lavadora. Los programas que utilizamos suelen ser cortos y en ocasiones no terminan por eliminarlos completamente y hacen que la lavadora y la ropa cojan olor. Tampoco es recomendable cargar demasiado la lavadora y limpiarla de manera periódica con productos de limpieza específicos o poniendo vinagre en el cajetín del detergente, que también deberá limpiarse de manera habitual, junto a la goma y el filtro.

La humedad es la principal causa del mal olor. Si se utilizan toallas, trapos, bayetas o ropa de deporte y luego se echan mojadas al cubo de la ropa sucia hará que toda la ropa coja huela mla. Lo ideal sería tender la ropa mojada pero como eso no es una opción para la mayoría lo mejor es lavarla de manera inmediata.

De nada serviría si después de poner la lavadora, la dejamos horas sin tender. Es importante hacerlo nada más acabar el programa de lavado porque si no la ropa olerá a húmeda. De la misma forma que dejarla si se tiende en un sótano o zona sin ventilación. Para secar la ropa, el lugar ideal es una zona bien ventilada y a ser posible al aire libre, al sol.

Cuando nos aseguremos de que la ropa esté completamente seca, se podrá guardar de nuevo, sin sobrecargar los cajones y dejando hueco entre las prendas.

Si preferimos remedios más rápidos, podemos recurrir al carbón activado, como el que se usa en los filtros de las peceras. Para ello, se debe meter en un táper, cubrirlo con film transparente, hacerle unos agujeros en la tapa y dejarlo durante 24 horas en el cajón para que acabe con los malos olores. Otra opción es recurrir a las tizas de pizarra, de las que se utilizan en los colegios, que no solo absorben olores, sino que también la humedad. Habría que sustituirlas cada mes y colocarlas de manera que no manchen la ropa.

El bicarbonato no sólo sirve para limpiar, sino también es un gran aliado para eliminar olores. Basta con colocar en un plato en el suelo del armario o meterlo en bolsitas y distribuirlo. En 48 horas debería haber acabado con os malos aromas. Otro truco sería el uso de sal marina, que también acaba con la humedad. Los platitos, colocados en las esquinas de los cajones deberían sustituirse cada semana. Para cumplir el doble objetivo de eliminar la humedad y dar buen olor, basta con añadir dos o tres clavos de olor al plato de sal.

Otro potente absorbe olores y humedades es el arroz. Según un estudio de la Universidad Rutgers (Estados Unidos), el arroz impide la aparición de hongos y con ello que el mal olor se apoderes de los cajones y estanterías. Así, basta con meterlo en bolsitas de tela y colocarlo en las esquinas de los armarios.

Conseguir que el armario huela bien

Después de usar algunos de los trucos anteriores, con el armario limpio y sin olores hay que tratar de que huela bien. Aquí también hay numerosas alternativas.

Una de ellas es el jabón. Se puede rallar un poco y meterlo en una bolsita o saquito de tela y ponerlo en el cajón. El olor, el que más nos guste, a cítricos, lavanda, flores...

Uno de los productos que sirve para acabar con los malos olores, la humedad, las bacterias y darle un aroma diferente es el café molido. Para ello,hay que rociar el armario con el café y para que el efecto sea más duradero, meter el café el bolsitas y repartirlo por cajones y baldas.

De la misma manera.las toallitas de secadora, que ayudan a suavizar la ropa y proporcionarles una agradable fragancia, si se meten en los cajones logrará que en pocas horas, todo huela estupendamente.

El de lavanda suele ser uno de los olores más utilizados, pero además esta planta tiene capacidad de neutralizar aromas fuertes, acaba con el olor a moho y a humedad y previene la aparición de hongos. Una buena forma de sacarle partido a esta planta es rellenar unas bolsitas de tela con flores cortadas en trozos y distribuirlas por los armarios de la casa hasta que los malos olores desaparezcan. Esta práctica se puede realizar con todo tipo de flores o plantas.

Los aceites esenciales pueden ser un gran aliado para lograr el objetivo. Si a las bolsas de arroz o sal marina se les impregna con nuestros aceites esenciales favoritos, se logrará que el armario y la ropa huela bien. Otra manera de usar los aceites esenciales es impregnarlos en bolitas de algodón, meterlas en bolsitas y repartirlas por el armario.

Las bolas de cedro son muy útiles para espantar a las polillas y sirven para dar olor a los armarios que se usan con menos frecuencia, como los de la casa del pueblo o los del apartamento de la playa.

Pero si se quiere personalizar el olor y que la ropa huela igual que nuestro perfume, se puede hacer un ambientador personalizado con discos desmaquillantes. Para ello, es tan sencillo como impregnarlos con nuestro perfume, crema corporal o de manos y repartirlos por el interior del armario.