Efecto dramático
La ola de calor triplicó los fallecidos en España respecto a los de 2021
En julio y agosto se produjeron 3.833 muertes más de las esperadas por este motivo, según el Instituto Carlos III
Según van pasando las semanas se confirma el tremendo impacto que tuvieron sobre el exceso de mortalidad las olas de calor registradas en España en los meses de julio y agosto. El Instituto de Salud Carlos III estima que, en lo que va de año, se han producido un total de 30.861 muertes más de las esperadas para ese periodo, de las que 3.833 son atribuibles a las altas temperaturas de julio y agosto. La cifra nacional supone casi el triple de decesos que hace un año, cuando en esos dos meses fallecieron por el calor 1.356 personas.
Como indica el informe del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), de los 5.783 fallecidos en lo que va de año atribuibles a las temperaturas (tanto frío como calor), el pico más alto se dio en el mes de julio, con 2.223 muertes, seguido de agosto, mes en el que murieron 1.610 personas. Las altas temperaturas pueden estar detrás del empeoramiento del estado de salud de una persona o bien ser la causa directa de su muerte.
Especialmente destacados son los datos de Madrid, ya que 1.310 de los fallecidos corresponden a esta comunidad (de ellos 504 en julio y 547 en agosto), frente a los 583 de 2021, lo que supuso un 224% más que los notificados en el año anterior.
En Cataluña, el exceso de mortalidad atribuible a la temperatura asciende a 711 personas en lo que va de año, frente a las 100 del pasado año. Un total de 353 muertes corresponden al mes de agosto y 185 al de julio.
Por su parte, en la Comunidad Valenciana se produjeron 3.919 muertes más de las esperadas para ese periodo, de las que 361 son atribuibles a las altas temperaturas registradas en los meses de julio y agosto, lo que representa 80 más que hace un año, cuando fallecieron por el calor 281 personas.
La cifra total de 5.783 fallecidos por las temperaturas (hasta el 7 de septiembre, según el último MoMo) supera ampliamente la del conjunto de 2021, que fue de 3.576 personas, y aún más la de 2020, cuando la cifra se situó en 1.883.
El año pasado, los fallecidos en los meses de verano por el calor ascendieron a 1.356 personas. De ellos, 788 murieron en agosto y 568 en el mes de julio.
Según estas estimaciones y por causas atribuibles a las temperaturas, también fallecieron este año 830 personas en el mes de junio y 57 en mayo, además de las 35 registradas hasta el 7 de septiembre, último MoMo publicado.
Por el efecto contrario, causas atribuibles a las bajas temperaturas, fallecieron en España en enero 695 personas y 215 en el mes de febrero.
Durante la primera ola de calor registrada este verano en nuestro país, que fue especialmente temprana ya que tuvo lugar entre el 12 y el 18 de junio, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria calculó que se produjeron 362 muertes atribuibles al exceso de temperatura.
En la segunda, que destacó por su intensidad, extensión geográfica y duración (casi todo el mes de julio), el recuento aumentó hasta los 1.885 decesos, lo que quintuplicó las muertes relacionadas con el calor que se contabilizaron durante una ola ligeramente más breve registrada en las mismas fechas de 2021.El informe estadístico del MoMo revela otro repunte de 1.274 muertes que corresponderían al exceso de temperatura durante el fuerte episodio de calor entre el 30 de julio y el 15 de agosto.
Alerta de los expertos
«Si no nos adaptamos, en España podría haber hasta 13.000 muertes al año en vez de las 1.300 de media anual que se produjeron en el periodo 2000-2009», advirtió Julio Díaz, responsable de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Amiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III, en el Congreso Anual de la Sociedad Española de Epidemiología celebrado a finales de agosto en San Sebastián.
El cambio climático se ha convertido en un problema para la salud, y los expertos señalan que el aumento de la temperatura y la contaminación facilitan la propagación de nuevos agentes infecciosos y la agravación de enfermedades crónicas como el cáncer, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o la cardiopatía coronaria, que afectan además a las poblaciones más vulnerables.
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