Religión
Primer cara a cara de los obispos y Gabilondo por la crisis de los abusos
Omella trasladó al Defensor del Pueblo que colaborarán con su comisión
Los obispos españoles han establecido cara a cara con el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, las coordenadas en las que se va a mover su colaboración con la comisión impulsada con el Gobierno creada para rastrear los abusos sexuales en el seno de la Iglesia.
Así se lo expresaron el presidente del Episcopado, el cardenal Juan José Omella, y el secretario general de la Conferencia Episcopal, el arzobispo Luis Argüello, en una reunión mantenida con Gabilondo. Lo desveló ayer el propio Argüello durante la rueda de prensa posterior a la Comisión Permanente celebrada en Madrid el 27 y 28 de septiembre.
Aunque no concretaron la fecha de esta cita, el portavoz de los obispos sí explicó que «todavía no se nos ha solicitado una colaboración concreta». Sin embargo, aclararon que no formarán parte «institucionalmente de la comisión», pero sí responderán a «las peticiones concretas» tanto si pasan por abrir «nuestros archivos» como desde otro tipo de colaboración que se solicite.
Sobre la marcha de la auditoría externa encargada por la Iglesia al bufete de abogados Cremades&Calvo-Sotelo, comentó que «cuando pase el año veremos si han cumplido el plazo o nos piden una prórroga». En cualquier caso, subrayó el ingente trabajo del despacho en tanto que están visitando cada una de las 70 diócesis y 400 congregaciones.
En relación a la cifra de casos que podrían cuantificarse, dejó caer que «se habla de cientos de personas, pero no de cientos de miles como algunos hubieran esperado: la situación es igualmente dramática». En este sentido, compartió que cuando se mira a la Iglesia, «a veces sufrimos una especie de pretensión de pena de muerte». Sin embargo, alertó de cómo todos los informes recientes sobre la pederastia hablan de que es un problema de «primera y extraordinaria magnitud» en toda la sociedad.
Más allá de los abusos, el secretario general también abordó la polémica generada por la ministra Irene Montero, a raíz de su intervención la semana pasada en la Comisión de Igualdad del Congreso, cuando literalmente dijo que «tienen derecho a conocer que pueden amar y tener relaciones sexuales con quien les dé la gana».
«Yo, francamente, no creo que la ministra de Igualdad defendiera en esas declaraciones que los niños puedan mantener relaciones sexuales y demás», disculpó Argüello a la política de Unidas Podemos, que se solidarizó «comprensivo» como portavoz. Eso sí, se mostró preocupado por «el planteamiento de la persona y de la concepción de la sexualidad que parece revestirse no de la opinión personal de la ministra, sino de los textos legislativos y de las exposiciones de motivos».
En el encuentro con los periodistas, también el arzobispo de Valladolid abordó la «convulsa» aplicación de la nueva reforma educativa y la disparidad en lo que a la asignatura de Religión se refiere, con diferentes velocidades según las horas asignadas en cada autonomía.
En torno al debate político sobre la subida o bajada de impuestos, sentenció que «el Estado del Bienestar tiene que dar una respuesta» a la crisis que sufren los ciudadanos, «cual tiene que ser la respuesta fiscal es discutible», desmarcándose de las opciones de los partidos. «Lo que no es discutible es que no se puede dejar a la gente tirada en la cuneta», aseveró.
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Pasividad ante la tragedia