Religión
El Papa, más directo que nunca contra Putin: “¡Detenga la espiral de muerte!”
El Vaticano recrudece su condena al líder ruso a través de un ángelus dedicado en exclusiva a la guerra y citándole por primera vez de forma oficial
La Santa Sede endurece su discurso contra Vladimir Putin. Por primera vez, el Papa ha citado hoy pública y explícitamente al mandatario ruso para instarle a que “detenga la espiral de violencia y muerte” en Ucrania. Desde el ventanal de los palacios apostólicos, Francisco se ha manifestado de forma inédita durante el rezo del ángelus, una alocución que habitualmente incluye una reflexión sobre la liturgia del día y un pequeño repaso sobre la actualidad mundial.
Sin embargo, esta intervención se ha centrado únicamente en la invasión ucraniana, un hecho que solo tiene precedente cuando en 2013 intentó frenar la escalada de violencia en Siria. “El curso de la guerra en Ucrania se ha vuelto tan grave, devastador y amenazador que es motivo de gran preocupación”, ha alertado un Papa que hasta la fecha no se había expresado con esta crudeza de forma oficial contra el presidente ruso.
Este giro verbal denota que la diplomacia vaticana podría contar con datos que confirmarían que la amenaza nuclear de Putin no sería un “farol”, tal y como el mismo subrayó hace unos días. “Aumenta el riesgo de una escalada nuclear, hasta el punto de que hacen temer consecuencias incontrolables y catastróficas a nivel mundial”, exhortó el Obispo de Roma, que sentenció: “En nombre de Dios y en nombre del sentido de humanidad que habita en cada corazón, renuevo mi llamamiento para que se llegue inmediatamente a un alto el fuego”.
“¿Qué más tiene que pasar? ¿Cuánta sangre debe correr aún para que entendamos que la guerra nunca es una solución, sino solo destrucción?”, se ha llegado a preguntar Francisco, que confesó cómo “mi llamamiento se dirige ante todo al presidente de la Federación Rusa, suplicándole que detenga, también por amor a su pueblo, esta espiral de violencia y muerte”.
En paralelo también se ha dirigido al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, “para que esté abierto a serias propuestas de paz”. Eso sí, el Papa ha subrayado su apoyo al país invadido, y se ha mostrado “entristecido por el inmenso sufrimiento de la población ucraniana”. El grito papal por la paz se ha extendido a “a todos los protagonistas de la vida internacional y a los líderes políticos de las naciones”. “¡La guerra en sí misma es un error y un horror!”, ha clamado.
Hasta la fecha Santa Sede había optado por no atacar de forma deliberada a Putin en sus mensajes, fiel a su papel mediador en cualquier conflicto internacional, aun cuando en estos meses se llegó a tachar este posicionamiento de cierta equidistancia. Eso, a pesar de que una y otra vez el pontífice ha mostrado su apoyo al pueblo ucraniano de palabra, con gestos como las continuas audiencias a ciudadanos exiliados, con llamadas periódicas al presidente Zelenski y enviando a la cúpula vaticana al epicentro de la guerra.
Es más, desde el minuto cero de la invasión, Francisco mostró a su círculo más cercano el empeño de viajar a Kiev, un deseo que fue frenado por la diplomacia vaticana porque podría ser considerado como una provocación más de Occidente al autócrata ruso.
Lo que no se puede cuestionar es la callada y efectiva labor del Vaticano en este tiempo, tal y como se dejó entrever la pasada semana, cuando trascendió que el propio Francisco medió personalmente para un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania. El Papa se lo explicó a los jesuitas con los que se reunió durante su viaje a Kazajistán a mediados de septiembre y que recogió la revista ‘La Civiltà Cattolica’. “Me trajeron una lista de más de 300 presos. Me pidieron que hiciera algo para hacer un intercambio. Llamé inmediatamente al embajador ruso para ver si se podía hacer algo, si se podía acelerar un intercambio de prisioneros”, detalló Francisco.
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