Delincuencia

La Guardia Civil comprará tres patrulleras más con lanzagranadas para luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado

Tendrán entre 17 y 18,5 metros de eslora y hasta 4,5 de manga, con dos motores diesel de 1.800 CV cada uno. La velocidad máxima será superior a 55 nudos

Imagen de la patrullera "Guadalete"de la Guardia Civil
Imagen de la patrullera "Guadalete"de la Guardia Civillarazon

La Guardia Civil se moderniza para poder hacer frente a la inmigración irregular, el narcotráfico y el crimen organizado en el mar, para lo cual acaba de licitar la compra de tres patrulleras de alta velocidad, equipadas con lanzagranadas, para su Servicio Marítimo (Semar). El contrato tiene un presupuesto de 7,5 millones de euros.

El objetivo es aumentar y renovar los medios de los que dispone Semar. Estas embarcaciones, detalla la Guardia Civil, también actuarán en misiones de vigilancia de fronteras y protección del medio ambiente. Las patrulleras serán entregadas por el fabricante en un plazo de tres años, según el anuncio de licitación al que ha tenido acceso Infodefensa.com.

La Guardia Civil encargó a finales del año pasado otras dos embarcaciones de este tipo al astillero Aister. La primera llegará a Semar en noviembre de este año y la segunda en septiembre de 2023, como publicó este medio. Las patrulleras tendrán una eslora de entre 17 y 18,5 metros y una manga de 3,5 a 4,5 metros, con dos motores diesel de al menos 1.800 CV cada uno. La velocidad máxima será superior a 55 nudos, mantenida durante al menos una hora. El casco, la cubierta y los mamparos bajo ésta estarán construidos con chapa de aleación de aluminio.

Contarán con una vida útil de servicio de como mínimo 20 años y pondrá mantener largo periodos con “un alto grado de alistamiento y un tiempo de preparación para salir al mar muy reducido”, pudiendo hacer patrullas en la mar de 12 horas, a 20 millas de la costa y con una dotación de solo cuatro personas.

Las embarcaciones dispondrán de un lanzagranadas automático Santa Bárbara Lag-40 de 40 mm o simulador, suministrado por la Guardia Civil. El astillero será el responsable de instalar un afuste fijo para el arma. Dispondrán de radar y preinstalación de sistema optrónico para la detección, sistema de comunicaciones y sistema de navegación y meteorología.

Una flota envejecida

La Guardia Civil detalla que Semar cuenta actualmente con una flota de patrulleras medias de alta velocidad “muy envejecida”, con un tercio de las embarcaciones con “en torno a 20 años de antigüedad”. “Las citadas embarcaciones no reúnen en muchos casos las condiciones de acomodación necesarias (...) y las horas de navegación han sobrepasado las previstas inicialmente”, especifica.

Las nuevas embarcaciones serán de aluminio, a diferencia de las que están en servicio construidas con PRFV (poliéster reforzado con fibra de vidrio). El Instituto Armado busca, con este cambio, patrulleras más resistentes en las operaciones contra el narcotráfico y con una mayor vida. “La vida útil de una embarcación de aluminio ronda los 20-25 años, periodo muy superior a los 15 años de vida útil que tiene una embarcación de PRFV”, explica.

Persecuciones y embestidas

Las patrulleras, señala además, se ven ocasiones envueltas en persecuciones con barcos empleados para el tráfico ilícito de sustancias, que realizan “maniobras de embestida”. “La violencia de estas acciones hace necesario que los cascos y la estructura de las futuras embarcaciones sean de materiales más resistentes que las de la flota actual”, argumenta.

El contrato está gestionado por la Jefatura de Asuntos Económicos de la Guardia Civil mediante procedimiento abierto y tramitación ordinaria. Las empresas interesadas tienen hasta el 2 de noviembre para presentar sus ofertas y el 15 de ese mes el órgano adjudicatario procederá a la apertura de las propuestas.

La Guardia Civil valorará con hasta 50 puntos sobre 100 el precio de la oferta y además tendrá en cuenta otros criterios como la mejora de la velocidad máxima exigida (hasta 15), el incremento del plazo de garantía (5), la mejora en los plazos de mantenimiento y en la autonomía mínima (5 cada uno) o la reducción del tiempo para alcanzar la velocidad máxima, la velocidad de planeo o la eslora para alcanzar el ‘crash stop’ (también 5 en cada caso).