¿Qué alimentos debes consumir para combatir la caída del cabello?

No es necesario sentir de cerca la amenaza de la calvicie para que sintamos la necesidad de comenzar a combatirla. Es un problema endémico en el caso de los varones... y uno cada vez más frecuente en mujeres(quizás como consecuencia del estrés de la vida cotidiana y por las deficiencias de nuestra dieta). Y en una sociedad como la nuestra, donde la imagen es trascendental... aprender a combatir la caída del cabello se convierte en un asunto de gran interés. Y en esta batalla, nuestra dieta puede convertirse en un gran aliado.

¿Qué debemos comer para evitar la caída del pelo?

Cuando hacemos una compilación de recomendaciones sobre casi cualquier asunto mínimamente relacionado con la salud o con el cuidado de nuestro cuerpo... podemos tener claro que una de estos consejos versará -con toda seguridad- sobre la alimentación. Y es que, incluso cuando hablamos del cuidado del cabello, la realidad es que lo que se come, se cría.

En una cabeza promedio hay unos 100.000 cabellos. Y cada día crecen cabellos nuevos y se caen otros tantos. Cuando no existe alopecia, la producción y la caída de pelo se produce de forma simultanea y más o menos equilibrada. La alopecia comienza en el momento en el que el pelo se cae en cantidades superiores a las que se esperaría en el ciclo natural.

Según los expertos, esta cantidad límite de caída es de hasta cien cabellos al día. Por debajo de esa cifra, puede respirar tranquilo: su cabellera está a salvo, pero conviene empezar a cuidarla para prevenir la incidencia de problemas capilares y evitar el debilitamiento del tallo piloso que reduce considerablemente el grosor de la melena.

La alopecia depende principalmente de factores hereditarios. Aunque también se ve favorecida por otras variables, como el uso de productos inadecuados, el consumo de medicamentos, tabaco y alcohol, la falta de sueño, el estrés,... y sí, también por una mala alimentación. Cuidar nuestra dieta y nuestra elección de alimentos es una parte significativa en el correcto cuidado del cabello, porque es fundamental para aportar todos los nutrientes que necesita:

El hierro

El déficit de este nutriente es una de las causas más comunes del aumento de la caída del cabello. Y por eso debe suplirse introduciendo en nuestra dieta legumbres, carnes rojas, frutos secos, yema de huevo, ostras, salmón y atún. En las mujeres es más común que en los hombres, porque la menstruación se lleva consigo una cantidad importante de hierro.. lo que puede acabar afectando a la salud capilar.

Proteínas

Un consumo moderado de la proteína de las carnes rojas puede ser de gran ayuda para luchar contra la pérdida del cabello. Además, las carnes rojas también tienen una concentración especialmente grande de hierro. La proteína de la carne blanca también es muy beneficiosa, porque aporta resistencia a los cabellos débiles y que se rompen con facilidad.

Zinc, cobre y magnesio

El déficit de estos minerales puede provocar efluvios telógenos, que es una alteración del ciclo de crecimiento del pelo que produce una caída del cabello muy llamativa durante un período de tiempo limitado... y que también puede dar lugar a la alopecia. Para ponerle freno al déficit de estos minerales, podemos consumir mariscos y salmón. Aunque otros alimentos, como el apio y las berenjenas también son ricos en estos elementos.

La vitamina C y los antioxidantes

No deben faltar en nuestra dieta alimentos que nos proporcionen vitamina C, como los de la familia de los cítricos (los kiwis, los pomelos o las naranjas) o aquellos que nos proporcionen antioxidantes, como las espinacas, el brócoli y el aceite de oliva. Estos dos nutrientes son esenciales para el fortalecimiento de los folículos.

Biotina

La biotina -a la que también se conoce como vitamina H, B7 o B8- interviene en la absorción de hidratos, grasas y vitaminas. Y su déficit induce la caída del cabello... por lo que es necesario que esté presente en nuestra alimentación. La encontraremos en el hígado de cualquier animal, en la yema de huevo, en los cereales y en otros productos como los guisantes.