Población

El mundo alcanza los 8.000 millones de habitantes

El planeta solo puede alimentar a 3.000 millones sin romper el equilibrio. Estas son las luces y sombras de un hito demográfico

De acuerdo con un modelo poblacional desarrollado por Naciones Unidas, hoy, 15 de noviembre, el planeta albergará a 8.000 millones de seres humanos. Obviamente es una aproximación, no una certeza, pero sí es algo que ocurrirá en breve. Y algo que traerá consecuencias. Apenas 11 años han pasado desde que alcanzamos el hito de los 7.000 millones. En 2019, la propia ONU pronosticó que la población seguiría aumentando hasta los 11.000 millones en 2100, pero el escenario medio en su último pronóstico es que alcanzará su punto máximo en la década de 2080.

Ahora mismo los humanos representamos un tercio de la biomasa de todos los mamíferos terrestres, medidos en términos de carbono. El ganado doméstico constituye casi todo el resto. Los mamíferos salvajes apenas suman el 2%. Algo parecido ocurre con las aves: la biomasa de las aves de granja es 30 veces mayor que la de las aves silvestres. Es obvio que estamos alterando el equilibrio del planeta en este sentido: tres cuartas partes de la masa continental y dos tercios de los océanos, ya han sido alterados significativamente por los humanos.

¿Cuál es el número crítico? ¿Cuántas personas pueden vivir de forma sostenible en el planeta? Un estudio publicado en 2020 en «Nature Sustainability» concluyó que el planeta solo puede alimentar a 3.000 millones de personas sin romper el equilibrio. Pero si cambiamos nuestras pautas de alimentación y cultivo podríamos alcanzar los 8.000 millones. Y si reducimos el consumo de carne y el desperdicio de alimentos (un tercio de los alimentos producidos se desperdician cada año), llegaríamos sin problema a los 10.000 millones.

Y si en el 2100 la población aumentará a 11.000 millones, ¿qué pasará después? La realidad es que si nos guiamos por los mismos modelos de la ONU, por datos del Centro Conjunto de Investigación de la Unión Europea y por el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (EE UU), la tasa de crecimiento se está desplomando, con tasas de fertilidad ahora por debajo de los niveles de reemplazo, es decir, la cantidad requerida para mantener una población, en la mayor parte del mundo. Por ejemplo, China se enfrenta a una disminución drástica de su población, que está en camino de reducirse a la mitad, a alrededor de 730 millones para 2100. La India atraviesa por un momento similar. ¿Cómo es posible que seamos más si la tasa de fertilidad es menor?

Una de las claves es la esperanza de vida, cada vez mayor. Otra es que hay muchos países que aún mantienen una tasa positiva. Pero los datos son irrefutables: dos tercios de la población mundial ahora vive en lugares donde la tasa de fertilidad, el número promedio de hijos por mujer, ha caído por debajo del nivel de reemplazo según la ONU.

La fertilidad

Las poblaciones ya han disminuido en varios países con baja fertilidad, incluidos Japón, Italia, Grecia y Portugal. En España ha descendido de forma constante desde 1970: pasamos de 2,86 nacimientos a 1,19, la cifra más baja de la Unión Europea, según cifras del Real Instituto Elcano.

Mientras mantengamos la tasa de nacimientos por encima de 1 no habrá problema, ¿no? Sí, la tasa debería estar por encima de dos para ser positiva ya que es el número que hay que contemplar a la madre, pero también al padre o a la unidad familiar. Y, en este sentido hay que recordar un reciente estudio que señala que, a nivel global, la fertilidad masculina (el número de espermatozoides) ha descendido un 50% en los últimos 60 años.

Hay quienes señalarán que esto es bueno: menor impacto en la naturaleza, menos cambio climático… Si bien la disminución de la población puede ser buena desde una perspectiva ambiental, muchos la ven como un desastre en potencia: no habrá quienes paguen las pensiones, el sistema de salud puede colapsarse cuando haya cada vez más gente que lo necesite y cada vez menos personal sanitario. La inversión en salud será clave en este entorno. En salud y en inmigración.

A nivel individual muchos países han logrado estabilizar su tasa negativa gracias a la inmigración y aún así esto no será suficiente para el futuro. De acuerdo con Jennifer Sciubba, experta en demografía de Washington, menos del 4% de las personas en todo el mundo se mudan a otros países y esa cifra no ha cambiado en décadas. Más que a un aumento de población descontrolado, los principales organismos señalan que nos enfrentamos a un descenso de población irremediable.