Congreso

Santiago Cantera: «La Agenda 2030 se nos está colando en la Iglesia»

El prior del Valle de los Caídos centra la atención del Congreso Católicos y Vida Pública

Santiago Cantera es el prior del Valle de los Caídos desde 2014
Santiago Cantera es el prior del Valle de los Caídos desde 2014Alberto R. RoldanLa Razón

Cuando la Asociación Católica de Propagandistas propuso al prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, participar en un taller del XXIV Congreso Católicos y Vida Pública, no se esperaban que su capacidad de convocatoria le acabaría dando la categoría oficiosa de ponente principal. Lo cierto es que el religioso benedictino se convirtió en el referente de la segunda jornada de este foro al estar arropado en la Universidad San Pablo CEU por un público que colgó el cartel de completo en un auditorio ampliado para escuchar sus sugerencias de presente y futuro en torno al lema de foro: «Proponemos la fe. Transmitimos un legado».

«Es posible elevar nuestra voz y ser sal en la tierra», expuso el consagrado, que hizo un llamamiento a promover una educación verdaderamente católica que huya del «pensamiento único imperante». «La Lomloe es clarísima en esto», apostilló, que recriminó cómo la reforma del Gobierno de coalición se asienta en la siguiente máxima: «Cuanto menos conocimiento tengan los alumnos y menos capacidad para reflexionar, mejor».

Frente a ello, Cantera defendió que «es fundamental enseñar a los hijos a pensar, proporcionar a los hijos criterios y capacidad de discernimiento» a la vez que apostó por un currículo que recupere el valor de las humanidades.

La escuela católica

«El campo de la enseñanza es fundamental», expuso elogiando la labor que el CEU lleva a cabo en sus colegios y universidades, apuntando que «la educación es fundamental para el futuro de una sociedad, para orientarla en un sentido o en otro». En este sentido, lanzó un dardo a la escuela católica: «Muchas veces ha perdido su identidad por asimilación de las ideas imperantes, por querer congraciarse con el mundo, por querer congeniar con las imposiciones del estado, por la propia pérdida de identidad, por la reducción de sus miembros, por la elección de los profesores…». Y fue más allá al asegurar que a estos centros «no se les puede llamar católicos en sentido estricto».

En un contexto más general, mostró su preocupación de cómo «el globalismo» se está imponiendo como «signo de negación de las singularidades». «El mundo de hoy no se sostiene sobre argumentaciones racionales sino sobre sentimientos manipulados», lamentó en relación a la actual «batalla cultural». Es más, sentenció que «nos quieren imponer la Agenda 2030. Incluso se nos está colando en ámbitos de la Iglesia y la estamos promocionando». Aterrizando en la crisis que vive hoy el catolicismo germano, aseveró que «aunque no se proclame, de facto hay una ruptura en la Iglesia alemana».

Quiebra europea

Adentrándose en un análisis histórico, Cantera se detuvo en el cisma del protestantismo como un punto de inflexión para la «quiebra y división de la Europa occidental». «Es un elemento fundamental que conlleva una ruptura religiosa, pero también política», expuso, a la vez que se detuvo en otras crisis añadidas como la ruptura del pensamiento filosófico y de la moral objetiva, que trajo consigo quebrar con la creencia en una «ley natural».

A partir de ahí, el prior apuntó cómo el nihilismo va ganando terreno en todos los rincones del pensamiento hasta imponerse una «ética subjetiva, autónoma o del Estado», apuntando cómo de alguna manera se asienta en una «visión protestante y negativa del ser humano corrupto». Esta concepción del Estado como absoluto ha derivado, desde su punto de vista hacia un «idealismo estatal» que deviene en el «totalitarismo». «Los totalitarismos en sus formas más conocidas se desarrollaron en el siglo XX, tanto de signo marxista como nacionalsocialista, pero también liberal», recordó.

Trágicas utopías

Remitiéndose a san Juan Pablo II, el religioso reflexionó sobre estas «trágicas utopías» así como a la tentación actual de poner el concepto de «progreso» como meta máxima. «Hoy estamos ante una pérdida de confianza del hombre frente al sinsentido de la vida, ante el fracaso de la modernidad», apuntó el benedictino, que advirtió de una preocupante fase en la que ha entrado la humanidad que, entre otras consecuencias, lleva a reconocer el aborto como un derecho, disfrazar la eutanasia como la muerte digna, aupar la ideología de género y negar la naturaleza social del hombre para exaltar el individualismo.

En el diálogo abierto durante el taller, Santiago Cantera fue preguntado por las nuevas iniciativas pastorales como Hakuna que están logrando atraer a miles de jóvenes. «Vivimos en una sociedad que se deja llevar por la sensiblería, como reflejo de esa posmodernidad que niega la razón», señaló, compartiendo que «algunos movimientos se valen de ello». «En la medida en la que despiertan en el corazón y el alma de los jóvenes ese asombro y esa capacidad de romper con lo que han estado habituados para revitalizarles como personas, son bienvenidos», apreció, para plantear que «la cuestión es que no se quede solo ahí, sino que vaya a la profundidad del ser humano y reclamar la capacidad de reflexión para cuando venga la dificultad y la adversidad».