Iglesia

Dos obispos y el expresidente de Cope, terna para ser secretario del Episcopado

Elegirán los 78 electores que participan en la Asamblea Plenaria

Asamblea Plenaria dela Conferencia Episcopal
Asamblea Plenaria dela Conferencia EpiscopalJesús G. FeriaLa Razon

Dos obispos y el laico con más responsabilidad en la Iglesia española. Son los tres candidatos entre los que tendrán que elegir hoy los obispos al secretario general de la Conferencia Episcopal Española para los próximos cinco años. Francisco César García Magán, obispo auxiliar de Toledo; Arturo Ros, obispo auxiliar de Valencia; y Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para Asuntos Económicos del Episcopado son los nombres que han superado la criba previa de ayer por la tarde.

La Comisión Permanente anunció la terna por la que tendrán que decantarse hoy los 78 electores que participan en la Asamblea Plenaria. La relevancia del cargo de secretario general radica en que es el responsable de coordinar el día a día de la oficina central del Episcopado y se erige también en el principal interlocutor con el Gobierno, siempre en un mano a mano con el presidente, el cardenal Juan José Omella.

A priori, la propuesta que correría con algo más de ventaja sería la del manchego García Magán. Le respalda su experiencia como gestor de la diócesis primada de España. Diplomático de formación, en Roma le tienen en alta estima por su pasado en la Secretaría de Estado y en diversas nunciaturas africanas. Su amistad con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, facilitaría las relaciones con Moncloa.

El que ya es un negociador con este y otros Gobiernos es Giménez Barriocanal. Perteneciente al Camino Neocatecumenal, no solo conoce las fortalezas y debilidades del cepillo eclesial que ha transparentado en tiempo récord, sino que puede presumir de haber hecho de Cope algo más que una radio solvente.

Más inesperada ha sido la candidatura de Arturo Ros. Su entrega durante estos últimos años como apoyo indispensable para el ya cardenal emérito Antonio Cañizares podría verse recompensada en breve con el pastoreo en solitario de una diócesis catalana. Un premio que se vería frenado en caso de que mañana le escogieran como secretario general.