Este es motivo por el que deberías evitar el consumo de café antes de ir a hacer la compra

Un pastor del Cuerno de África llamado Kaldi estaba paseando con sus cabras cuando se percató de que estas estaban inusualmente agitadas. Después de investigar un poco, llegó a la conclusión de que aquel extraño comportamiento podría estar relacionado con los frutos rojos que habían estado comiendo los animales. Echándole un poco de valentía, Kaldi decidió echarse unos cuantos granos a la boca. Esa noche no pudo dormir. Al día siguiente, el pastor se lo contó a sus vecinos, y estos -escépticos- decidieron llevárselo al imán de la mezquita más próxima, para que les sacase de dudas.

El religioso se hizo una infusión con aquellas bayas y comprobó que -efectivamente- tenían un efecto estimulante. En vista de sus beneficios, el imán empezó a dárselo a sus discípulos para que se mantuvieran despiertos durante la oración. Con el tiempo, el consumo de este milagroso brebaje se fue extendiendo más y más... hasta nuestros días, cuando ya es la segunda bebida más consumida del mundo, solo superado por el agua.

A lo largo de los años, han surgido multitud de estudios que exploraban las reacciones fisiológicas que se desataban a raíz de la ingesta de café. Que consisten -básicamente- en la liberación de dopamina en la corteza prefrontal del cerebro, lo que excita la mente y el cuerpo. Y al activarse el sistema nervioso central, se bloquean (o al menos se suavizan) los efectos de la somnolencia. Ahora bien, rara vez se han estudiado el impacto del consumo de cafeína sobre otras áreas que no tengan tanto que ver con sus efectos sobre el organismo, sino con los efectos que tiene sobre la cartera.

Y es que, se ha comprobado que tomar café antes de ir a comprar está asociado a un mayor gasto. Es la conclusión a la que ha llegado un estudio cuyos resultados se han compartido en un artículo de la revista especializada “Journal of Marketing”. Al parecer, la cafeína induce en el sujeto un estado al que los autores han denominado “excitación energética”; que es algo así como un estado de alerta que predispone a la búsqueda del placer. Al buscar el consumidor estímulos sensoriales placenteros, el gasto extra que los autores del estudio han asociado a la ingesta de cafeína se ha distribuido en aquellos productos altamente hedónicos, es decir, aquellos productos que producen placer sensorial... y no tanto otros artículos puramente funcionales.

Es un conocimiento muy valioso -por ejemplo- para la farmacología o la psicología y -sobre todo- para la farmacognosia, que es el estudio de las drogas y sus efectos. Tal y como explican los autores del trabajo: “comprender cómo y por qué el consumo de cafeína influye en el gasto es importante porque la cafeína es uno de los estimulantes psicoactivos más potentes legalmente y ampliamente disponibles”.

Además, estos resultados también son relevantes para otras muchas áreas del conocimiento. Aunque, como es lógico, su aplicación práctica nos la traerán el marketing y la mercadotecnia. Podemos esperar, por ejemplo, que más y más comercios se sumen a la moda de incluir muestras de café gratuitas en sus establecimientos... o que se lancen a ceder espacios específicamente diseñados para el consumo de cafeína. Es un nuevo descubrimiento que abre la puerta a muchas oportunidades creativas para infinidad de negocios.