Escasez

La farmacia del mundo se queda sin medicamentos

Alemania ha pasado de ser fabricante a consumidor, ya que el 60% de sus fármacos procede ya de China e India

Detalle del logo del grupo químico y farmacéutico alemán Bayer en Wuppertal (Alemania)
Detalle del logo del grupo químico y farmacéutico alemán Bayer en Wuppertal (Alemania)SASCHA STEINBACHAgencia EFE

El problema no es nuevo, pero se ha agravado en las últimas semanas hasta el punto de que el Gobierno planea una nueva ley: cada vez más medicamentos importantes faltan a menudo en las farmacias alemanas o no es posible encargarlos. ¿Cómo es posible que suceda esto en un país que en el pasado fue considerado la farmacia del mundo? Son jarabes para la tos o para la fiebre, antibióticos, supositorios infantiles, medicamentos para la tensión elevada, preparados contra el cáncer, insulina... La lista asciende en estos momentos a más de 300 productos que las farmacias alemanas consiguen con dificultad, según el Instituto Federal para los Medicamentos alemán.

La dependencia de países asiáticos productores de medicamentos baratos ha llevado a Alemania a pasar de ser fabricante a consumidor. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Destatis, alrededor del 60% de los preparados medicinales consumidos en el país procede de China y de India. En el gigante asiático el Gobierno con su política de cero covid ha llevado al retraso en el envío de todo tipo de productos desde que comenzó la pandemia. El Instituto Federal para los Medicamentos y los Productos Medicinales asegura que no hay una escasez de medicamentos en sí.

El suministro desde China se habría mantenido constante, pero la compra de preparados habría aumentado. El Instituto asegura que el número de enfermos no ha aumentado al mismo tiempo, por lo que cree que tanto farmacias como consumidores están comprando para tener una reserva, lo cual hace que en algunos lugares haya desabastecimiento. Lo cierto es que desde el principio de la guerra de Ucrania el propio Estado ha animado a sus ciudadanos a hacer acopio de alimentos y medicamentos para casos de emergencia.

La producción propia de medicamentos ha descendido en Alemania desde que comenzó la pandemia, en especial de fármacos para el resfriado y la gripe, por la menor demanda derivada del uso de mascarillas. Al mismo tiempo, la ola de gripe este invierno ha comenzado antes y el virus respiratorio que causa estragos entre los más jóvenes en la Península Ibérica hace lo propio también en el norte de Europa.

Márgenes limitados

Los paros en la producción por el aumento del precio de la energía han afectado asimismo al suministro de ciertas sustancias de primer orden. En Alemania, el margen de negocio, en especial con los medicamentos genéricos, es muy limitado, aseguran desde la industria, y ello ha llevado a que determinados preparados como el jarabe infantil de ibuprofeno sea más caro de producir del precio al que se vende en la oficina de farmacia.

El colegio federal de farmacéuticos explicaba a la televisión privada RTL que la seguridad en los tratamientos «no se puede tener a los precios más baratos». El colegio asegura que son alrededor de mil los medicamentos que no se pueden encargar en estos momentos. En un comunicado reproducido por el mismo medio alerta el presidente del Colegio Farmacéutico de Renania del Norte-Westfalia de que «si no se toman medidas, el cuello de botella con los medicamentos empeorará este invierno».

Costes más elevados

Por ahora, algunas farmacias han decidido hacer uso del derecho que tienen para fabricar en su laboratorio medicamentos como jarabes infantiles para la tos. Sin embargo, el costo de dichos preparados es mucho mayor que el de los productos producidos en fábricas y la diferencia tienen que pagarla los pacientes.

El ministro de Sanidad alemán, Karl Lauterbach, del partido socialdemócrata SPD, cree que la situación ha llegado a tal punto que resulta necesario cambiar la ley para permitir a las aseguradoras médicas poder comprar medicamentos más caros cuando haya cuellos de botella en el suministro como en la actualidad.

Lo cierto es que Alemania, hasta ahora, pagaba mucho menos por los medicamentos que otros países de la UE. En parte, por su propia producción, en parte sin embargo por esta política de «dumping» de precios fijada en la ley, que a su vez fue escrita según sus redactores pensando en el creciente gasto en salud de la envejecida sociedad.

El ministro ha asegurado además que la producción de medicamentos tiene que volver a Europa para evitar dependencias como la actual. Una tendencia que ha comenzado en Francia, donde se volverá a producir paracetamol en la ciudad de Lyon a partir del año 2024 para evitar este tipo de dependencias, que desde hace una década no se produce en Europa, sino que se importa de otros países, sobre todo de China.

«Se puede prescindir de un nuevo teléfono, pero no de un medicamento vital», escribe el diario conservador «Faz», que asegura que la clase dirigente alemana debe constatar este cuello de botella con los medicamentos y reconocer que ha comenzado un proceso de replanteamiento de la globalización mundial.