Ola de contagios en China

España se desmarca de Italia y no pedirá test a los viajeros procedentes de China

La UE se limita a permanecer vigilante mientras EEUU, Japón, India y Malasia se suman a a las restricciones

A pesar de que la falta de coordinación en las medidas para frenar los contagios de coronavirus fue la nota dominante durante los primeros compases de la pandemia, todo indica que la UE vuelve a tropezar con la misma piedra. Mientras Italia ha decidido pedir una prueba negativa de coronavirus a todos los viajeros procedentes de China ante la explosión de casos en el país asiático, España se desmarca de este tipo de requisitos y se suma a la cautela del resto de las capitales europeas, que siguen deshojando la margarita sobre qué hacer.

El Ejecutivo comunitario ha convocado este jueves una reunión con representantes de los ministerios de sanidad de los Veintisiete con el objetivo de dar una respuesta coordinada. A pesar de las apelaciones a la unidad, el encuentro ha terminado sin que se hayan anunciado nuevas decisiones y con Roma como la única capital que ha decidido dar este paso de nuevas restricciones. “Es crucial que la UE actúe unida y en coordinación sobre medidas de seguridad pública en relación a la situación en China. La Comisión continuará facilitando las discusiones entre los Estados miembros y permanece preparada para convocar más reuniones si es necesario”, se ha limitado a anunciar un portavoz del Ejecutivo comunitario al término de esta cita, celebrada cuándo las instituciones comunitarias están casi sin actividad por las vacaciones navideñas.

Fuentes del Ministerio de Sanidad español explican que nuestro país ha remarcado en este encuentro “la importancia de continuar la senda de coordinación europea en las políticas sanitarias” y que las autoridades españolas recomiendan “a los viajeros cuyo destino o procedencia sea China tener la pauta de vacunación completa y que mantengan las medidas de precaución”.

Foco en la secuenciación del virus

De momento, se impone la prudencia pero las mismas fuentes aseguran que los países europeos “han insistido en la importancia de continuar con la vigilancia activa, incluyendo la secuenciación del virus como herramienta fundamental”. En este aspecto, el pánico todavía no ha llegado.

La primera ministra italiana, Girogia Meloni, ha asegurado este jueves que no se han detectado en el país ninguna mutación nueva del virus en los pasajero procedentes de China y que han dado positivo, a pesar de que ya se han analizado la mitad de las muestras y todas corresponden a Ómicron, la última cepa conocida. Las autoridades transalpinas decidieron dar este paso después de detectar que casi la mitad de los pasajeros de trayectos procedentes de China estaban contagiados de coronavirus.

El principal aeropuerto de Milán, Malpensa, comenzó a realizar estos test desde el pasado 26 de diciembre a los viajeros procederes de Pejín y Shanghai. El aeropuerto internacional de Leonardo da Vinci-Fiumicino, a las afueras de Roma, también ha establecido un protocolo para aislar a aquellos que den positivo de esta enfermedad. El país transalpino se convirtió en el epicentro de contagios de la pandemia en Europa durante el mes de marzo de 2020 y Roma no quiere volver a verle las orejas al lobo, aunque también pide al resto de los países europeos que pongan en marcha un mecanismo común.

Cinco países toman medidas

Italia no es el único país en el mundo que ha decidido tomar estas medidas. Estados Unidos, Japón, India y Malasia también han anunciado la puesta en marcha de restricciones a los viajeros procedentes de China, después de que el país haya relajado su política de covid cero.

A pesar de las protestas desatadas en el gigante asiático por las medidas draconianas para impedir la expansión del virus, China se está viendo desbordada en los últimos días por el aumento vertiginoso de los casos tras el fin paulatino de las restricciones. Las autoridades han anunciado que a partir del 8 de enero ya no será necesaria la cuarentena para los viajeros que lleguen del extranjero, lo que ha incrementado el número de chinos que ansían salir del país.

Perkín ve con malestar las medidas tomadas por algunos países occidentales. Wan Wenbin, el portavoz del Ministerio de Exteriores, ha señalado que las medidas de respuesta deben ser “pacíficas y justas” ya que “el actual desarrollo de la situación epidemiológica china es predecible y está controlado”. El gigante asiático siguen sin permitir la entrada de visitantes extranjeros y mantiene suspendidos los visado para turistas y estudiantes mientras sus hospitales siguen registrando cada vez más casos.

A pesar de que la respuesta de la UE reside en no caer en el alarmismo, fuentes diplomáticas recuerdan que los países europeos ya consensuaron un “freno de emergencia” que puede activarse para reintroducir restricciones de manera coordinada si la situación epidemiológica se agrava. Se quiere evitar una nueva cascada de medidas unilaterales, aunque Italia ya se haya desmarcado del resto.