Religión

La esperanza para la Iglesia católica que llega de África

Dos fueron los viajes apostólicos del fallecido Papa al continente, que alberga una creciente comunidad cristiana

Un momento del encuentro religioso celebrado en Youndé en 2009
Un momento del encuentro religioso celebrado en Youndé en 2009ap.La Razón

Para Benedicto XVI, muerto el pasado día 31 de diciembre a los 95 años, África fue «la esperanza de la Iglesia». Dos fueron las ocasiones en que el pontífice visitó un continente en que viven 200 millones de católicos –y más de 650 millones de cristianos, una población que aumenta con rapidez en los últimos años-, a menudo perseguidos por el fanatismo y la violencia terrorista. Estos días los fieles del continente recuerdan su magisterio y ejemplo.

El primer viaje del Papa Benedicto al continente africano se vivió entre los días 17 y 23 de marzo de 2009. Camerún y Angola fueron las dos estaciones de aquella visita apostólica en la que el pontífice no eludió los gravísimos problemas sociales y políticos que aquejaban y siguen haciéndolo al continente.

El viaje no estuvo tampoco exento de polémica por las afirmaciones del Papa respecto al uso del preservativo y el VIH: «No se puede solucionar el problema del sida con la distribución de preservativos» puesto que, a juicio del pontífice, su «uso agrava el problema». Unas manifestaciones que Benedicto XVI matizaría un año más tarde al reconocer que «en ciertos casos» el empleo del condón permite evitar los contagios.

En Camerún, primera etapa de aquel viaje, Benedicto XVI entregó a los representantes de las conferencias episcopales del continente Instrumentum Laboris del segundo Sínodo de Obispos africano. Lo hizo en el curso de una misa multitudinaria celebrada en un estadio de la ciudad de Yaundé el día de San José, recogía recientemente Vatican News.

La cita del sínodo se celebraría en Roma entre el 4 y el 25 de octubre de aquel año en el Vaticano en torno al lema «La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz». Como recuerda el medio vaticano, Benedicto XVI dejó un mensaje de futuro a los fieles cristianos del continente: «Sois la sal de la tierra, la luz del mundo». En torno a 300 responsables religiosos africanos fueron recibidos por el pontífice en el Vaticano.

Tras Camerún, el recién fallecido Papa viajó hasta Angola, donde movió auténticas multitudes que le impresionaron, como el millón de personas que lo acompañó en la celebración al aire libre de una misa dominical en Luanda el 21 de marzo. Allí, el pontífice pidió a los fieles que combatieran la brujería y los sacrificios humanos rituales. Tras este primer viaje a África, el Papa aseguraría que «el continente podrá encontrar la fuerza necesaria para afrontar su difícil existencia diaria».

La segunda y última visita africana de un Papa no excesivamente viajero como Benedicto XVI se produjo entre el 18 el 21 de noviembre de 2011 en Benín, donde cristianos y musulmanes conviven con los seguidores del vudú (culto nacido además en el país). Una estancia con la que el líder de la Iglesia católica quiso también homenajear a su colaborador y amigo el cardenal beninés Berdardin Gantin, quien fuera decano del Colegio Cardenalicio.

En este pequeño país africano en que fue acogido de manera festiva y entusiasta, el Papa firmó y entregó a los prelados del continente la exhortación apostólica -documento final –posterior al Sínodo de Obispos africano celebrado dos años atrás en el Vaticano, Africae Munus–.

Una auténtica hoja de ruta para la Iglesia en el continente en la que el pontífice denunció sus problemas, y marca el camino al apostolado en los distintos sectores. «Hay demasiados escándalos, corrupción y mentiras que conducen a la miseria (…) El pueblo quiere comprender las elecciones políticas y económicas que se hacen en su nombre», denunció el Papa.

Al ser preguntado sobre la perspectiva de un futuro Papa africano, tres años antes de convertirse en Sumo Pontífice, el entonces cardenal Ratzinger afirmó que era algo «totalmente plausible» y una «señal maravillosa para toda la cristiandad. Al final de su vida terrenal, tristes circunstancias lo guiaron a suelo africano. Dios eligió vuestro continente para ser hogar de su Hijo.

África ha recibido una vocación especial para conocer a Cristo. ¡Dejemos a los africanos que se enorgullezcan de ello!», diría en 2009.

«Necesitábamos un maestro fuerte»

El obispo de Uganda recordó a Benedicto XVI como un erudito y doctor de la Iglesia que ayudó a muchos africanos durante su mandato. Monseñor Sabino Ochan Odoki, obispo de Arua, que fue nombrado por el difunto Papa, explicaba en su día que «yo estaba seguro de que Joseph Ratzinger sería el próximo Sumo Pontífice y en aquel entonces era rector en el seminario. Dije que necesitábamos un maestro fuerte y el Papa Benedicto era un maestro fuerte».