
Desarrollo personal
Los 6 ejes clave que elevan tu rendimiento, salud mental y bienestar, según un experto
Álvaro Fidalgo, psicólogo y CEO de Hexagon Psicología, sostiene que seis ejes integrados convierten el bienestar en un hábito sostenible, no en una excepción

Tu salud no es un conjunto de piezas sueltas. Cuerpo, mente, relaciones y entorno funcionan como un solo sistema y, cuando se alinean, todo avanza con menos fricción. Así lo sostiene Álvaro Fidalgo, psicólogo y CEO de Hexagon Psicología, quien afirma que pasar de “sobrevivir” a rendir con propósito exige mirar la vida entera como un ecosistema y no como síntomas aislados.
Vivimos entre demandas altas, hiperconexión y comparación constante. En ese ruido, tratar un problema puntual alivia, pero no transforma. La propuesta de Fidalgo es dar el salto de la reparación a la optimización: entrenar la mente con la misma seriedad con la que un deportista entrena su cuerpo, con estructura, métricas y soporte. La base teórica bebe de la psicología clínica y de tercera generación -con el vínculo entre pensamientos, emociones y conductas, la flexibilidad psicológica y la atención plena-, pero también del alto rendimiento deportivo: descanso planificado, rutinas de activación, visualización, respiración, trabajo en equipo y revisiones periódicas. El objetivo es claro: estabilizar energía, ganar foco y regular emociones en contextos de presión sin sacrificar bienestar.
Un enfoque sistémico con seis vértices

Fidalgo ordena el método en seis ejes -trabajo, ocio, cuerpo, deporte, naturaleza y red de apoyo-porque lo que haces en un área impacta en todas las demás. El trabajo es el escenario donde tu identidad se convierte en decisiones; si defines prioridades cada día, estableces límites y revisas con honestidad tus avances, el resto de áreas respira. El ocio, cuando es intencional y sin ruido digital, no es una “pausa culpable”, sino el combustible que reduce reactividad y devuelve creatividad.
El cuerpo, con sueño suficiente, horarios estables y nutrición sencilla, regula la mente; sin esa base fisiológica, no hay claridad posible. El deporte introduce disciplina, energía y resiliencia: pequeñas sesiones, progresión realista y un ritual pre-acción que te coloca en el nivel de activación adecuado. La naturaleza actúa como regulador del sistema nervioso: salir al exterior cada día, aunque sea media hora, baja el volumen interno y abre perspectiva. Y la red de apoyo -familia, amigos, mentores, colegas- sostiene el cambio y lo hace repetible, cuando compartes metas y cuentas con “pares de seguimiento”, la intención se vuelve constancia.
Cómo se convierte en práctica diaria
El método empieza con una evaluación honesta de hábitos y fricciones, define objetivos observables en cada eje y pacta revisiones frecuentes para ajustar lo que no funciona y duplicar lo que sí. No busca perfección, sino una línea base sostenible: dormir un poco mejor esta semana, reducir una fuga de atención, añadir una caminata breve, reservar un ocio que de verdad recargue, cuidar una conversación pendiente y proteger una hora de trabajo profundo. En pocas semanas, el sistema se nota por acumulación: baja la necesidad de “fuerza de voluntad” y sube la inercia a favor.
La idea central de Fidalgo se resume así: la mente se entrena como un músculo, pero nunca sola. Cuando trabajo, ocio, cuerpo, deporte, naturaleza y red de apoyo miran en la misma dirección, el rendimiento sube, la fricción mental baja y la vida recupera sentido y dirección.
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