Sanidad

Se acabó fumar en parques y playas de Francia desde este domingo

Siete de cada diez ciudadanos apoyan la drástica medida

Dos fumadores en una terraza
Dos fumadores en una terrazaJESUS G. FERIAJESUS G. FERIA

La prohibición de fumar en parques y playas públicas de Francia, que entra en vigor este domingo, cuenta con el respaldo de siete de cada diez ciudadanos, que apoyan una medida del Gobierno para proteger a la infancia.

La penalización por fumar tabaco, que aparece este sábado publicada en el boletín oficial francés, un día antes de lo previsto, se extiende a los espacios públicos frecuentados por niños, también los alrededores de centros escolares, paradas de autobús y polideportivos, un "primer paso", según la directora de la Alianza francesa Contra el Tabaco (ACT), Marion Catellin.

"El objetivo es avanzar hacia una generación sin humo y conseguir que el tabaco realmente desaparezca de manera progresiva de nuestra sociedad", asegura Catellin en conversación con EFE.

Por el momento, el Gobierno no sancionará a quienes incumplan esas restricciones durante un "periodo pedagógico", tras el cual las multas pueden llegar a los 135 euros.

Esta medida debe ir acompañada, según explica, de otras como aumentos anuales del impuesto sobre el tabaco, ayudas estatales para abandonar la adicción o, como valoró el Ejecutivo con esta medida, la posible prohibición en las terrazas de bares y restaurantes que finalmente ha quedado fuera de la norma.

"No estoy de acuerdo con que se reserven determinados espacios (a los fumadores), ni con que se prohíba fumar al aire libre estés donde estés", opina Serbán, un vecino de París que cree que los fumadores en las terrazas "no hacen daño a nadie".

Sin embargo, Catellin insiste en que se producen un millón de muertes al año en todo el mundo como resultado del consumo pasivo del tabaco, por lo que "es importante que todas las zonas comunitarias donde los niños puedan verse expuestos queden libres de humo".

Eso piensa también Erik Wanberg, un médico estadounidense que paseaba esta semana junto a su mujer y su hija por los jardines del Palacio Real de París que estarán libres de humo: "Siempre es difícil hacer cambios al principio, pero fumar en público no es bueno para los niños. Y si hay niños aquí, que claramente los hay, no debería estar permitido fumar".

La prohibición del tabaco en terrazas de bares y restaurantes es una medida que ha incluido España en la nueva ley antitabaco que, según anunció el pasado martes en el Congreso de los Diputados la ministra de Sanidad, Mónica García, prevé tramitar en "unas semanas".

Además, la ambiciosa norma de García equipara la restricción del tabaco convencional a los vapeadores, cigarros electrónicos, cachimbas, bolsitas de nicotina y cualquier otra nueva forma de consumo, otra tarea que sigue pendiente en Francia.

Tal y como reclaman asociaciones y expertos como la ACT, el último borrador del anteproyecto en España prioriza "el derecho de la población no fumadora a respirar aire no contaminado" como, por ejemplo, en las terrazas.

Como gerente de un restaurante cercano a Châtelet, en el centro de París, Bernard Alexandre cree que esta medida "puede ser algo bueno porque el tabaco es un problema de salud", pero no está seguro de que vaya a aplicarse correctamente.

"La gente va a tener que aprender a beber en las terrazas sin fumar. ¿No acabarán en la vía pública fumando lejos de las mesas y tirando las colillas por el suelo?", reflexiona el hostelero, que sugiere que la posible entrada en vigor de esta prohibición sea en invierno para "acostumbrar a los clientes".

Las últimas decisiones de Francia contra el tabaco, como el empaquetado neutro que homogeneiza la imagen de todas las marcas y el aumento del gravamen a estos productos, contribuyeron a la reducción de las ventas legales un 12 % en 2024, según el Observatorio Francés de Drogas y Tendencias Adictivas (OFDT).

Sin embargo, Francia encabeza las listas de consumo y compraventa de cigarrillos ilícitos y uno de cada 4 franceses entre 18 y 75 años consume tabaco de manera asidua, mientras que los últimos datos en España, de 2020, apuntan a que fuma un 19,2 % de la población.

Jóvenes como Anna, una parisina de 16 años, comenzaron a fumar como una práctica social mientras salían con sus amigos y opina que, aunque "la costumbre de los parisinos es precisamente fumar en los bares", es "mejor parar por el bien de los niños".

De hecho, estos jóvenes fumadores son una minoría, pues nueve de cada 10 adolescentes en Francia dicen querer vivir en un mundo sin tabaco, según los datos de la ACT.

Catellin remarca el objetivo de que en 2030 se prohíba progresivamente la venta de tabaco a los nacidos después del 2014 y que, año tras año, se aumente también el impuesto a este producto pues, dice, el tabaquismo y sus consecuencias sobre la salud "sale muy caro a todos", más que el propio valor de los impuestos.

"A la sociedad francesa le cuesta cada año 156.000 millones de euros, es decir, 2.300 euros al año por habitante. Así que luchar contra el tabaquismo significa también reducir el déficit público", zanja., informa Efe.