Educación

El acoso psicológico supera al daño físico en las aulas

El nuevo informe de Prevención del Acoso Escolar de las Fundaciones Mutua Madrileña y ANAR señala que, de media, hay 1,8 víctimas por clase

Varios niños juegan en el patio de un colegio
Varios niños juegan en el patio de un colegio de MadridMarta Fernández JaraEuropa Press

Las formas más habituales de agresión dentro del ámbito escolar siguen siendo los insultos, los motes y las burlas, según el 88,1% de los alumnos que han sido preguntados sobre ello en el V Informe de Prevención del Acoso Escolar en Centros Educativos «La opinión entre los estudiantes», que ha sido elaborado conjuntamente por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR con datos del curo 2022-23. Cabe destacar que la percepción de la difusión de rumores ha descendido cerca de 20 puntos porcentuales respecto al curso anterior, y también de las agresiones físicas (menos 19,4 puntos porcentuales). De este modo, el daño físico deja paso al psicológico como principal forma de agresión a las víctimas. En las aulas donde se percibe acoso, la media detectada es de 1,8 víctimas por aula, lo que supone un 6% si se tiene en cuenta una clase con una media de 30 alumnos.

Para Benjamín Ballesteros, director técnico de la Fundación ANAR, «no debemos minimizar los daños que el acoso psicológico puede producir, ya que trae consecuencias muy graves para las víctimas, como baja autoestima, dificultades para relacionarse con los demás, ansiedad, agresividad, autolesiones e incluso ideas de suicidio».

Los motivos más frecuentes para que se produzcan los casos de acoso escolar son el aspecto físico (64,6%), las cosas que hace o dice la víctima (56%), mientras que la cultura, raza o religión está detrás del 27,1% de las agresiones.

El documento destaca además que la percepción de los alumnos sobre el acoso escolar se sitúa en los niveles más bajos de los últimos años: un 11,8% de los estudiantes cree que en su clase hay alguien que es víctima de estas prácticas, frente al 24,4% del curso anterior. Desde el año 2015 no se obtenía una cifra tan baja en este punto. En aquel momento, uno de cada dos estudiantes opinaba que había un caso de abuso escolar en el aula.

«El dato de este año confirma que se mantiene una tendencia decreciente en la percepción de casos de acoso escolar que demuestra que están funcionando las medidas implantadas tanto por los gobiernos como las campañas de sensibilización y talleres de prevención que llevamos a cabo entidades como la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR», afirmó Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña.

«La sensibilidad hacia el acoso escolar ha aumentado, tanto de la sociedad general como del profesorado, cuya implicación hace que ellos detecten más casos y actúen con mayor diligencia, repercutiendo en una menor percepción de casos por parte de los alumnos», añadió Cooklin.

La información obtenida en el estudio procede de las preguntas efectuadas durante el curso 2022-23 a 9.616 alumnos de entre los 11 y los 14 años, y a 356 profesores de un total de 209 centros escolares.

Entre otras de las novedades más destacadas está el hecho de que se observa un cambio de tendencia en la forma de efectuar las agresiones, ya que aunque un 68,1% se realiza en grupo, cifra superior a la de prepandemia, en los dos cursos anteriores este dato fue más elevado: un 72,4% en 2020-21 y un 72,6% en 2021-22. Por su parte, la mayoría de las situaciones de acoso afectan en mayor medida a una única persona. Y uno de cada cuatro alumnos (23,3%) reconoce haber participado en una situación de acoso.

El ciberbullying

El estudio indaga también en las agresiones a través de los medios tecnológicos, y en este sentido cabe destacar que el acoso por esta vía ha descendido también, situándose en un 7,4% (0,8 puntos porcentuales menos que el año anterior). Los medios más habituales para ejercer el ciberbullying son WhatsApp (70,2%), Instagram (49,6%) y TikTok (38,5%). Es en esta red social donde se dan más casos entre los alumnos de primaria (por encima de secundaria), así como en los juegos online y Twitch. En estas ocasiones, los acosadores suelen ser compañeros de la misma clase en más de la mitad de las veces (53,6%), y en 9 de cada 10 (90,8%) del mismo centro escolar.

En lo que respecta al profesorado, éste es cada vez más consciente de los casos que se producen en el ámbito escolar. Un 53,9% conoce algún caso, lo que representa 8 puntos más que en el curso pasado. El estudio constata que los docentes están cada vez más implicados en la detección y solución de este tipo de situaciones, y que los alumnos cada vez lo comunican más.

Asimismo, nueve de cada diez profesores indican que la situación de acoso escolar cesó una vez se tuvo conocimiento de ella y se procedió a actuar, aunque reconocen que en un 9,6% de las veces las agresiones se mantuvieron en el tiempo.

Para los profesionales de la educación, los aspectos que resultan determinantes para que se produzcan los casos de violencia son la presión de grupo, el uso indebido de la tecnología y las redes sociales, la normalización de la violencia y la falta de respeto a las diferencias. Entre las acciones que llevan a cabo los maestros para poner fin a las agresiones está prohibir temporalmente participar en actividades extraescolares o complementarias (53,45), la expulsión de ciertas clases por un periodo superior a seis días lectivos e inferior a dos semanas (50,8%) o un cambio de grupo (47,5%). Además, se busca favorecer la escucha y el diálogo para resolver los conflictos (92,1%) y trabajar la cohesión del grupo (91%).