La forma en que hablamos refleja mucho más que simples palabras, muestra nuestro nivel de empatía, respeto y habilidades sociales.
Los psicólogos coinciden en que existen ciertas expresiones que, cuando se repiten con frecuencia, son señales claras de una falta de educación emocional y social.
Aunque a veces se pronuncian de manera inconsciente, estas frases pueden deteriorar relaciones, generar conflictos innecesarios y transmitir una imagen negativa de quien las dice.