Barcelona

Antonio Anadón: «Saber dos idiomas facilita aprender el siguiente»

Con su empresa, gestiona viajes al extranjero para aquellas personas que están interesados en aprender otra lengua.

Antonio Anadón: «Saber dos idiomas facilita aprender el siguiente»
Antonio Anadón: «Saber dos idiomas facilita aprender el siguiente»larazon

Con su empresa, Enforex, gestiona viajes al extranjero para aquellas personas que están interesados en aprender otra lengua.

Siempre he pensado que viajar no solo es la mejor manera de ampliar los conocimientos, sino también la de relativizar y no creer que lo mejor del mundo son las lentejas de tu madre. Que pueden serlo, sí, pero casi siempre solo desde el punto de vista emocional. Eso lo aprendió muy rápido Antonio Anadón, creador y presidente de Enforex. Apenas había cumplido los 14 años cuando la suya lo mandó a EE UU a un curso de verano. Cuando volvió era otro: «Me pareció una experiencia tan increíble que, al volver, quería que todo el mundo pudiera tener la oportunidad de vivir lo mismo que yo había vivido en el extranjero». Antonio era disléxico e hiperactivo, pero eso no le supuso inconveniente para sacarle partido a aquel viaje. «En absoluto. Ni los problemas de dislexia que había tenido desde siempre, ni el no haber sido bueno con las letras me impidieron que me impresionara esa vivencia fuera de España. Es más, me enriqueció tanto y me dio una visión tan diferente del mundo que hizo que mi vida cambiara».

Fases de aprendizaje

Desde entonces, el germen de esa idea se quedó en su cabeza. Y no tardó en fructificar. Pocos años después comenzó a organizar viajes de idiomas y tras gestionar más de 12.000 viajes nació Enforex. «Y desde entonces hemos gestionado los de más de un millón de estudiantes al extranjero, hasta que comenzamos a recibir estudiantes extranjeros aquí en España». Porque de los cursos de inglés para españoles, Antonio Anadón pasó a ofrecer a los estudiantes de todo el mundo que estudiaran español, en nuestro país primero y, después, en América Latina. Le pregunto si una lengua solo se puede aprender de verdad en el lugar donde se habla: «Hay diferentes fases de aprendizaje de un idioma. En la primera se empieza a tener contacto con la lengua en el colegio y, en la siguiente, empiezas a desarrollarla viajando y aprendiendo con experiencias. Luego puedes continuar con la parte “online”, que también es interesante. Cada una de las experiencias te aportan una parte de ese valor, pero la más importante es pasar una temporada en el extranjero, porque acabas inmerso en la cultura, te das cuenta de que tu mundo no es tan grande como te podías pensar y ves que incluye muchas más cosas». Todo eso está muy bien, pero no todo el mundo tiene medios para permitirse ese viaje: «Bueno, hay maneras de viajar al extranjero sin que sean muy caras. Hay muchos colegios públicos y otros tipos de experiencias a las que puede acceder más gente, en ocasiones, mientras está trabajando. Está claro que no todos se lo pueden permitir, pero son muchos los que sí, adaptándose a los diferentes formatos que existen».

Sucede que a veces no se puede aprender en la niñez ni tampoco en la juventud, y me pregunto si nunca es tarde para aprender un idioma. «Nosotros trabajamos las tres áreas. Yo empecé con niños y jóvenes, desde los 5 a los 18, pero ahora también tenemos un mercado muy grande que es el universitario y otro que es el de adultos profesionales. Además, ahora las familias están empezando a viajar al extranjero para darle la experiencia a sus hijos mientras la viven ellos también». Está claro que estudiar un idioma es un regalo por muchos motivos, no solo profesionales. Y no cuesta tanto como algunos creen. «Depende de la persona y del entorno en el que esté. Si lo aprendes trabajando, pues lo aprenderás, aunque no correctamente; si vas a una escuela, con un curso intensivo, mucha dedicación y una inmersión completa, aprendes muy rápido y en 9 meses hablas el idioma».

Antonio Anadón tiene 32 centros en 12 países, pero lo más destacable de su negocio son esos campamentos de verano inmersivos que celebra en Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Marbella y Salamanca, donde aúna el aprendizaje del inglés y del español. «Juntamos a nativos anglosajones y españoles para que practiquen durante todo el día». Precisamente como la convivencia es un factor esencial para él, su visión de negocio incluye los centros, pero, además, estancias en familias anfitrionas, pisos compartidos, residencias, hoteles, boutiques de lujo... todas las modalidades para adaptarse a las distintas necesidades y bolsillos de quienes desean aprender un idioma. Para ello cuenta con dos marcas: Enforex y don Quijote. Esa enseñanza española, además de enriquecer el número de hispanoparlantes, impulsa la economía española cuando los estudiantes quieren aprender el idioma en España e integrarse en nuestro país. Así, el mundo será más global, sobre todo, si por fin aprenden idiomas también nuestros políticos. «Nosotros hemos enseñado a varios y realmente hemos comprobado que la clase política y muchos adultos de nuestras generaciones no saben hablar otras lenguas, aunque eso también ocurre en el resto del mundo. Y eso que hoy en día es básico y no saber hablar un segundo o incluso un tercer idioma es un problema porque el mundo está globalizado».

No en todos los sitios se le ha prestado la misma atención a los idiomas. En Cataluña, tal vez por la facilidad de hablar dos lenguas, les ha resultado más fácil aprender una tercera. «En el momento que rompes la barrera de cualquier idioma realmente es mucho más rápido y fácil aprender el siguiente. Cataluña, como siempre, estuvo mucho más abierta a Europa, vio más el valor de aprender idiomas y tiene el inglés más arraigado; pero el tener dos siempre facilita aprender los siguiente».