Verano

Así afecta el solsticio de verano al estado de ánimo, según la ciencia

El aumento de la duración de los días durante el verano puede afectar a la salud en diversos aspectos

Así afecta el solsticio de verano a tu estado de ánimo, según la ciencia
Así afecta el solsticio de verano a tu estado de ánimo, según la ciencia Pixabay

El solsticio de verano es un fenómeno astronómico que marca el día más largo del año en el hemisferio norte. Ocurre alrededor del 21 de junio, cuando el Sol alcanza su máxima declinación norte (+23.5 grados). Este evento sucede debido a la inclinación del eje terrestre, lo que provoca que una parte del planeta reciba más luz solar que en cualquier otro día.

Durante el solsticio de verano, el hemisferio norte disfruta de la mayor cantidad de horas de luz diurna, mientras que el hemisferio sur experimenta su día más corto del año. A pesar de ser el día con más luz solar, no necesariamente es el más caluroso, ya que la atmósfera y los océanos tardan en calentarse.

El solsticio de verano marca el inicio de la temporada más cálida del año, caracterizada por días más largos y noches más cortas. A medida que avanzamos hacia el verano, las horas de luz solar comienzan a acortarse gradualmente, lo que indica que los días se irán haciendo más cortos hasta el próximo equinoccio de otoño.

¿Cómo puede afectar el solsticio a la salud?

El aumento de las temperaturas durante el verano conlleva riesgos para la salud, especialmente por el calor extremo. Es crucial mantenerse hidratado, ya que las altas temperaturas aumentan la pérdida de líquidos y sales minerales a través del sudor, lo cual puede provocar deshidratación y agotamiento.

Las personas mayores y los niños pequeños son especialmente vulnerables, por lo que se recomienda beber suficiente agua y consumir alimentos ricos en agua como frutas, verduras y hortalizas.

Además, es importante moderar la actividad física intensa durante los días más calurosos para evitar calambres musculares y otros problemas relacionados con el exceso de calor. También se aconseja proteger la piel de la exposición prolongada al sol para prevenir irritaciones y erupciones cutáneas debido al sudor.

El aumento de la duración de los días durante el verano puede afectar la salud en diversos aspectos:

  • Exposición solar prolongada: con días más largos, hay más tiempo de exposición a la radiación solar. Esto puede aumentar el riesgo de quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel y cáncer de piel si no se utiliza protección adecuada como protector solar y ropa que cubra la piel.
  • Alteración de los ritmos circadianos: la luz natural es crucial para regular nuestro reloj biológico interno. Los días más largos pueden alterar los patrones de sueño y la producción de melatonina, la hormona que regula el ciclo sueño-vigilia.
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  • Impacto en la regulación térmica: durante días más largos y calurosos, el cuerpo puede tener dificultades para regular su temperatura interna. Esto puede llevar a un aumento del estrés térmico, especialmente en personas vulnerables como los ancianos, los niños pequeños y aquellos con condiciones médicas preexistentes.
  • Mayor actividad física: con más horas de luz, es común aumentar la actividad física al aire libre. Sin embargo, en climas cálidos esto puede incrementar la pérdida de líquidos y sales minerales a través del sudor, lo cual puede aumentar el riesgo de deshidratación y golpe de calor si no se repone adecuadamente.
  • Impacto psicológico: para algunas personas, los días más largos pueden influir en el estado de ánimo, causando ansiedad o dificultades para conciliar el sueño debido a la prolongada exposición a la luz.