Redes sociales
Ataques «gordófobos» a una modelo «curvy» española en Instagram
Cierran el perfil de Natalia Lozano: «Estar gorda y disfrutarlo no es válido para los usuarios de esta red»
Cierran el perfil de Natalia Lozano: «Estar gorda y disfrutarlo no es válido para los usuarios de esta red».
Parece que las redes sociales se han convertido en una especie de mercado en el que cotizan al alza valores como el desprecio y la exclusión. Así puede observarse en Instagram, donde el usuario puede descargar su ira personal contra aquel que no entra dentro de sus cánones de belleza, culturales o sociales, denunciándolo y provocando el cierre de su cuenta. Raro es el día que no ocurre esto. La última ha sido la de la «influencer curvy» Natalia Lozano, conocida como @natcurvylicious por sus más de 150.000 seguidores, que hace unas semanas vio como este escaparate virtual cerraba su perfil por las denuncias masivas de gente que siente «odio» hacia su físico.
«Tienes cuerpo de abuela», «ponte a dieta» o «estás gorda» son alguno de los comentarios diarios a los que se enfrentan estas modelos de tallas grandes. «No entiendo por qué la gente necesita hacer daño a los demás para su satisfacción. No entiendo el odio, las envidias y las mentes vacías», explicaba Natalia a sus seguidores en la primera publicación de su nueva cuenta provisional. «Un perfil que ahora no tengo porque la sociedad ha decidido que mi cuerpo no es apto para ser enseñado. Estar gorda, proclamarlo y encima disfrutarlo no es válido para esta red social».
Una situación que poco tiene que ver con la que se vive en Estados Unidos: Ashley Graham, Candice Huffine, Georgia Pratt, Marquita Pring y Paloma Elsesser no tienen un cuerpo 90-60-90 pero revolucionaron las pasarelas del pasado año, ficharon por las mejores agencias de modelos y protagonizaron portadas y campañas publicitarias. «Natcurvylicious no es una cuenta con seguidores, es una lucha personal, un reto, una constancia, un esfuerzo, un trabajo, un grito de valentía, una forma de vida».
El problema, en cambio, no queda ahí. Hace unos días, le escribieron dos de sus seguidoras para pedirle consejo: a una de ellas su jefa no la quería en la empresa si no se ponía a dieta, a la otra le hicieron una prueba que sacó «con nota» pero la rechazaron por su perfil físico. «¿Hasta cuándo?», se resignaba. «La sociedad no lo pone fácil. Y no solo eso, sino que intenta callar a las que damos la cara y nos atrevemos».
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