Depresión y ansiedad

Aumentan las agresiones físicas a los profesores

El 77% sufre ansiedad y el 13% presenta síntomas de depresión

Un profesor imparte clases en un aula de Primaria
Un profesor imparte clases en un aula de Primaria EP

«Hay alumnado que, por diversos motivos, viene al colegio con armas blancas. Vamos a prestar atención a la salud de los alumnos. Un solo caso de agresión es inconcebible». Así de tajante se mostró Teresa Hernández Jiménez, la coordinadora estatal del servicio del Defensor del Profesor, que ayer hizo público su informe anual sobre las complejas situaciones a las que hacen frente los profesores a diario. En línea con estas declaraciones recogidas por Ep se pronunció también la vicepresidenta nacional del sindicato ANPE, Sonia García, quien según Efe, confesó que las alarmantes cifras que ayer presentaron «son solo la punta del iceberg». Y es que, son realmente demoledoras.

Según el Defensor del Profesor, las agresiones físicas (empujones, collejas o lanzamientos de objetos) y las falsas acusaciones contra el profesorado han subido ligeramente durante el curso 2022-2023, un colectivo profesional sufre ansiedad (77%), síntomas de depresión (13%) y baja laboral (12%). Así lo han confirmado a través de los 1.947 casos de profesores que acudieron ha ellos en busca de ayuda.

Al analizar en detalle los problemas con el alumnado, el 22% de los docentes informaron de faltas de respeto de los estudiantes, el 21% de problemas para dar clase, y otro 20% de falsas acusaciones. «Observamos un aumento de casos que tienen que ver con la digitalización: ciberacoso al profesor, suplantación de identidad en redes sociales para ridiculizarlo, envío de amenazas o presión para subir las notas. El aumento e intensidad de los casos de violencia física también es preocupante», dicen los responsables del informe. Y es que, según añaden «es gravísimo que el porcentaje de profesores que utilizan el servicio para informar de agresiones sea de un 7%. Hacemos un llamamiento para que cualquier agresión sea inmediatamente sancionada como falta muy grave con expulsión y cambio de centro».

En relación a los niveles educativos, en el estudio se destaca que el 47% de los casos corresponden a la etapa de secundaria y un 6% a la Formación Profesional, mientras que han bajado en Infantil y Primaria.

En cuanto a las familias, lo que más se repite son falsas acusaciones un 25% y faltas de respeto en un 17%. «Se encuentra muy presente el perfil de familias afectadas por el fenómeno ‘‘locus externo’’, en el que la responsabilidad de lo que pasa a nivel interno se trata de poner fuera. Son casos en los que se cuestiona al docente, su forma de explicar, su metodología, su gestión del aula…», dicen los autores.

Muchos de los profesores, según Hernández, se sienten «desbordados» , deprimidos y la sensación de no tener el apoyo adecuado de la administración. Y es que la relación con la propia administración es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los docentes. El 33% manifiestan dificultades en el entorno laboral derivadas del desarrollo tardío de la nueva Ley educativa que llegó, en muchos casos, a pocas semanas del inicio del curso. A ello habría que añadir la falta de docentes para atender las necesidades del alumnado, ratios altas, activación de más protocolos para atender la salud mental y el aumento de la responsabilidad de los docentes sobre estas situaciones.

Problemas burocráticos

En cuanto a la excesiva burocratización, el informe propone incluir en el horario lectivo las horas que el docente dedica a tareas burocráticas para mejorar la atención personalizada a los estudiantes. El texto sugiere la necesidad imperiosa de diseñar una formación específica sobre liderazgo pedagógico para los equipos directivos que les ayude a resolver conflictos, además de mejoras salariales y de horario.

En este informe también se analiza la situación de los alumnos y según la vicepresidenta de ANPE, muchos de ellos se sienten desmotivados y tienen «miedo al futuro», ya que tras la pandemia ha crecido el aislamiento social porque se han refugiado más en las redes, y ello se une a «la permisividad y sobreprotección de las familias». «Unos padres que siguen cuestionando la profesionalidad del docentey a quien desautorizan en los grupos de Whatsapp, lo que mina y dificulta su labor», apuntó. Por este motivo, la vicepresidenta solicitó un mayor número de orientadores en los centros para hacer frente a los problemas de salud mental del alumnado «y un mayor apoyo a la nueva figura del coordinador de bienestar». «Es fundamental cuidar la salud física y emocional de los docentes para que sigan siendo el pilar fundamental para la educación y formación de la sociedad», reivindican los responsables del informe.