Drogas

Barcelona, segunda ciudad europea con más cannabis en los desagües

Ha subido siete puestos en dos años, según el Observatorio Europeo de Drogas. Sólo Ámsterdam le supera en presencia de esta sustancia en las aguas residuales

Una persona sujeta un papel de fumar con marihuana, junto a otro que sujeta una hoja con distintos tipos de marihuana, en Ámsterdam
Una persona sujeta un papel de fumar con marihuana, junto a otro que sujeta una hoja con distintos tipos de marihuana, en Ámsterdamlarazon

Ha subido siete puestos en dos años, según el Observatorio Europeo de Drogas. Sólo Ámsterdam le supera en presencia de esta sustancia en las aguas residuales

A pesar de las campañas de prevención, lo cierto es que el consumo de cannabis no sólo no cesa, sino que va en aumento. Prueba de ello es que Barcelona se ha convertido en la segunda ciudad europea donde mayor presencia de esta sustancia hay en las aguas residuales. En concreto, según el informe de drogas en aguas residuales publicado recientemente por el Centro Europeo de Monitorización de Drogas y Drogadicción, las muestras de aguas grises tomadas en la Ciudad Condal arrojaron una presencia de 165,7 miligramos de cannabis por cada 1.000 personas al día. Es decir, sólo por detrás de Ámsterdam, que, como no podía ser de otro modo, ostenta el primer puesto con 469,4 mg. En tercer lugar se encuentran Aintwerp (Bélgica), París (Francia) y Lausana (Suiza), las tres con más de 115 mg de THC.

La presencia de esta sustancia en las aguas ha ido en aumento año tras año. Así en el primer informe elaborado por el citado centro europeo, Barcelona ocupaba el cuarto puesto del ranking, con 126,1 mg de cannabis de concentración en las aguas residuales por cada 1.000 habitantes, y en 2012 estaba en el noveno, con 78,51 mg.

Entre las 50 ciudades que han participado en este estudio, también están presentes Santiago de Compostela, Valencia y Castellón. Las tres, aunque en un nivel más bajo en el ranking, se encuentran entre las primeras 15 ciudades europeas con mayor presencia de cannabis detectada en las aguas grises. En concreto, Santiago ocupa la novena posición, Valencia está la duodécima y Castellón es la decimocuarta urbe con mayor cantidad de cannabis.

Pero, ¿es un problema extrapolable al conjunto del país? «El incremento de cannabis en las aguas residuales es extrapolable al resto de país porque su consumo se ha ido incrementado en los últimos años», aseguró ayer el toxicólogo clínico Benjamín Climent, del Hospital General de Valencia.

«De hecho, se ha convertido en la primera sustancia ilegal por la que la gente demanda tratamientos en unidades de drogodepencias. La legal, sigue siendo el alcohol», asegura Climent.

«La corriente del consumo de cannabis se ha extendido y se ha normalizado como si no fuera una sustancia peligrosa, y lo es», añade el toxicólogo clínico.

Opinión que coincide con la de otros expertos como Francisco Pascual, vicepresidente de Socidrogalcohol. «En toda la zona mediterránea el consumo de cannabis se ha disparado. Pero no sólo ha aumentado el consumo, sino que ha bajado la edad de inicio. Así, en el último año vienen adolescentes no de 14, 15 o 16, sino de 12 y 13 años a mi consulta. Y hay otro problema y es que se le ha restado importancia a los riesgos de consumir cannabis, incluso los padres. Hay progenitores que no cortan el consumo de sus hijos porque ellos mismos son consumidores e insisten en la idea de qué daño les va a hacer fumar marihuana si ellos tienen 45 años y siguen fumando. Ese problema está ahí y es alarmante», denuncia Pascual.

Tal es así que el mejor ejemplo está «en Alcoy (Alicante), donde en el año 2014 pusimos una unidad exprés para jóvenes que sólo tienen que esperar 10 minutos y les atiende un psicólogo en el día, porque es cuando o bien han tenido un brote psicótico, o un brote de agresividad hacia los progenitores o se han ido de casa...», destaca el vicepresidente de Socidrogalcohol.

«Si hace cuatro o cinco años me hubieran dicho que había que poner una unidad, ni me lo hubiera planteado», hace hincapié el experto.

A pesar de las campañas de prevención, «la percepción social sobre su inocuidad está muy extendida. Su coste bajo también es un facilitador del consumo. La educación de los jóvenes como potenciales nuevos consumidores es muy necesaria porque el consumo podría dispararse. Lamentablemente, el mercado de las drogas consigue generar mensajes interesados sobre los beneficios del cannabis, que pueden confundir a la población joven. Habría que intensificar la otra parte del problema, que es el control de la oferta, limitando y vigilando más cercanamente el tráfico y distribución (y en el caso del cannabis, la producción casera ilegal)», precisa José Pedro Espada, profesor titular del Departamento de Psicología de la Salud de la Universidad Miguel Hernández.

El estudio analiza también la presencia de MDMA, anfetaminas, cocaína y metanfetamina. De las ciudades españolas que han participado en el informe, vuelve a destacar, por mayor concentración de drogas, Barcelona. Si bien, aunque en el caso de las metanfetaminas Barcelona ha subido escalones en el ranking, al pasar de ser en 2013 la séptima urbe europea con mayor presencia de esta droga y en 2014 la quinta, la concentración es ligeramente menor. En concreto, en 2013 había 26,5 mg y en 2014, 22,1.

Sucede lo contrario en el caso de MDMA. Así, en 2014 Barcelona ocupa la novena posición, cuando en 2013 ocupaba la octava y en 2012 la sexta, sin embargo, la concentración de éxtasis en las aguas residuales es 30,3 mg, algo menos que en 2013 (31,4), pero más que en 2012 (27,6).

Respecto a la cocaína, Barcelona es la quinta ciudad europea con más restos de esta droga en las aguas grises, sólo por detrás de Londres, Ámsterdam, Antwerp y Zúrich. Es decir, que si sólo se analizara el puesto, parecería que en Barcelona se consumía menos cocaína en 2014 que en los dos años previos, cuando repitió la cuarta posición. Sin embargo, la concentración de cocaína es hoy mayor que en 2012, aunque menor que en 2013.

Pero la mayor o menor presencia de cocaína en las aguas residuales no sólo depende de que se consuma más, sino también de la pureza de la misma.

«No creo que el consumo de cocaína baje o suba por motivos económicos. Considero que lo más importante respecto a esta droga es analizar si está más o menos adulterada por la crisis. Y lo cierto es que si hace unos diez años la cocaína que se vendía tenía una pureza del 40%, y hace cuatro o cinco años tenía una pureza de poco más del 20, hoy su nivel de pureza es sólo del 18%», precisa el vicepresidente de Socidrogalcohol.

«Así, si un gramo cuesta unos 60 euros, una micra –que es una décima parte de un gramo– se vende por sólo seis euros. Un precio asequible para los consumidores. Pero el problema es que para vender una micra hay que cortarla y cortarla (reduciendo su pureza) y no me extraña que el nivel de concentración de cocaína haya podido bajar en 2014 respecto a 2013, pero no ha disminuido la cantidad de cocaína que se vende, sólo ha caído su pureza», concluye Pascual.

De Olso a Londres, las capitales de las drogas

Aunque el consumo de cocaína en Barcelona es elevado, lo cierto es que es notoriamente menor que en Londres, donde el pasado año se detectaron 737,3 miligramos de esta sustancia por cada 1.000 personas al día en las aguas residuales de la ciudad, según el estudio sobre drogas en aguas residuales citado. Le sigue muy de cerca Ámsterdam, que con 716,4 mg ostenda la segunda posición. Esta ciudad es precisamente «la reina» del cannabis y del éxtasis, con 469,4 y 150,5 mg diarios detectados, respectivamente. En el caso de las anfetaminas, «una sustancia que en nuestro país va pasando de moda y está siendo sustituida por las catinomas», según Climent, su mayor consumo se da en Antwerp, en Bélgica, donde las muestras tomadas en este estudio europeo han arrojado 212,9 mg diarios por cada mil ciudadanos.