
Mercenarios
Blackwater cambia de nombre y ofrece sus servicios en varios países
Victus Global se ha hecho presente en Perú donde pide 10 millones de dólares para proteger el sector de la minería

El empresario estadounidense Erik Prince, fundador de la empresa de mercenarios Blackwater, ha regresado a la escena internacional a través de una nueva firma de seguridad llamada Victus Global. Prince intenta recuperar su posición en el sector de la seguridad privada, más de una década después de que este decayera tras los escándalos que le afectaron en Irak,según ina información publicada por Wall Street Journal.
El nombre de Prince saltó a la fama durante la invasión estadounidense de Irak, donde Blackwater desempeñó un papel fundamental en la protección de las misiones diplomáticas estadounidenses. Sin embargo, se vio implicada en incidentes sangrientos, en particular la masacre de la plaza Nisur en Bagdad en 2007, en la que 14 civiles iraquíes fueron asesinados por cuatro contratistas de la compañía mientras escoltaban un convoy diplomático estadounidense. Fueron condenados a prisión, antes de que el presidente Donald Trump los indultara al final de su primer mandato. Un empleado de Blackwater también estuvo implicado en el asesinato de un guardia del vicepresidente iraquí en 2006 y abandonó el país sin juicio.
Prince ha presentado su nueva empresa en Lima, la capital peruana, donde se reunió con varios empresarios y propietarios de minas de la provincia de Puno, quienes exigieron una intervención especial de seguridad para contrarrestar la creciente violencia en las zonas mineras, afectadas por la casi total ausencia del Estado. Prince ofreció una demostración en vivo de los servicios de su empresa, utilizando grabaciones de operaciones realizadas por sus mercenarios en Haití, en las que se utilizaron drones de ataque contra bandas armadas. Según informes de la ONU, estas operaciones causaron la muerte de al menos 233 personas, incluidos tres civiles, durante abril y mayo.
Exigió al menos 10 millones de dólares anuales para desplegar unidades de seguridad especializadas en la persecución de bandas criminales, indicando que la financiación podría provenir del gobierno o de un consorcio de empresas privadas. Señaló que estas operaciones son similares a las que su empresa llevó a cabo recientemente en Haití, en virtud de un contrato de seguridad con el gobierno haitiano. El primer ministro haitiano también reveló que Prince había firmado un contrato adicional de diez años para aumentar los ingresos aduaneros, con un porcentaje de los impuestos aplicados a las importaciones.
Aunque la Casa Blanca niega tener una coordinación directa con él, Prince se beneficia de su estrecha relación con varias figuras cercanas al presidente Trump, como el secretario de Defensa, Pete Hegseth, conocido por su postura indulgente con las empresas de seguridad privada. Prince se presenta como un actor complementario de la política "América Primero", que busca reducir los compromisos exteriores de Washington. En sus declaraciones, afirmó que busca llenar el vacío en las regiones donde Estados Unidos ha abandonado la intervención directa mediante soluciones de seguridad eficaces y rápidas.
Las operaciones de Victus Global se han expandido recientemente para incluir a Ecuador, donde ha firmado un contrato con el gobierno para ayudar al ejército y la policía a combatir las redes de narcotráfico, así como a la República Democrática del Congo, donde el personal de la compañía participa en la recaudación de impuestos de las minas y la prevención del contrabando de minerales estratégicos, como el cobalto, utilizado en electrónica. El periódico también informó de que Prince está en conversaciones con las autoridades congoleñas para desplegar mercenarios centroamericanos y proteger el palacio presidencial en Kinshasa, en medio de tensiones internas y rumores de un intento de golpe de Estado.
Sin embargo, la nueva actividad de Prince genera crecientes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y varios funcionarios occidentales, quienes han expresado su preocupación por la autorización a entidades privadas para llevar a cabo operaciones de seguridad en entornos frágiles sin supervisión legal ni institucional. Canadá expresó su "grave preocupación" por lo que describió como informes de ejecuciones extrajudiciales en Haití, y un grupo de senadores estadounidenses exigió que se revelaran los detalles de la relación entre la actual administración estadounidense y las operaciones de Victus Global, recuerda Hespress.
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