La Policía australiana ha emitido una alerta nacional ante el aumento del uso ilegal de butanodiol, un disolvente químico industrial conocido en la calle como bute o fantasía. Las autoridades advierten que esta sustancia está siendo utilizada para adulterar bebidas y alimentos, facilitando delitos como robos, agresiones sexuales e intoxicaciones graves.

El compuesto, presente habitualmente en productos de limpieza o plásticos biodegradables, actúa como un potente depresor del sistema nervioso central. Entre sus efectos se incluyen pérdida de consciencia, confusión, convulsiones y, en casos extremos, la muerte. “Solo unos miligramos pueden marcar la diferencia entre sobrevivir o no”, ha advertido la Policía en un comunicado.

Desde que se endureció la legislación en mayo de 2024, se han incautado más de 18 toneladas de esta sustancia, principalmente en el estado de Nueva Gales del Sur, y solo en 2025 ya se superan las 3,8 toneladas.

Las autoridades comparan el butanodiol con otras drogas duras como la cocaína, heroína o metanfetamina, y su tráfico puede conllevar penas de hasta cadena perpetua.

“La Policía sigue preocupada por los informes que indican que el bute es una de las principales causas de sobredosis mortales y no mortales en Australia y se utiliza para facilitar agresiones sexuales", concluye el comunicado oficial.