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Carla, el primer bebé que recibe un corazón de un donante incompatible

El trasplante se consiguió realizar en un tiempo récord, en menos de cuatro horas

Carla ha sido operada Hospital Gregorio Marañón de Madrid
Carla ha sido operada Hospital Gregorio Marañón de Madridlarazon

Con este “hito histórico”, como lo califica la directora de la Organización Nacional de Trasplantes, Beatríz Domínguez-Gil, “vamos a pasar de un 60% de probabilidades de trasplantes cardiacos infantiles, a un 90”.

El equipo de la doctora Manuela Camino, directora de la Unidad de Trasplante Cardiaco Infantil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, tenía una misión para este inicio de año: conseguir que un bebé que necesitara un corazón lo recibiera, sin tener en cuenta el tipo de sangre que tuviera y si era, o no, compatible con el donante. Y Carla, de cinco meses, ha sido la afortunada.

Como explica la doctora Camino, “nació en Extremadura con una malformación cardiaca severa que le habían diagnosticado durante el embarazo. Se llama hipoplasia de ventrículo izquierdo” . Trasladaron su caso al centro médico de Madrid por ser centro de referencia para este tipo de enfermedades. Se le fue controlando la gestación y programaron su nacimiento por la medicación que necesitan estos niños. Inmediatamente se la incluyó en la lista de espera y en el recién estrenado plan ABO incompatible (en el que no se tiene en cuenta si son compatibles o no, sólo se valora el peso del órgano, que en el caso de los niños es clave). Y el mensaje con la llegada de ese soñado órgano llegó el pasado 9 de enero. “En ese momento, pusimos en marcha todo el protocolo que habíamos practicado durante los últimos dos años”, cuenta con orgullo la doctora. Y es que, gracias a este programa, la lista de espera de estos menores que necesitan un corazón nuevo se reduce a la mitad y se reduce la mortalidad de los niños más graves. Pasa de un 75% a un 5%.

“El trasplante se consiguió realizar en un tiempo récord, en menos de cuatro horas”, explica Juan Miguel Gil Jaurena, director del equipo de Cirugía Cardiaca Infantil del centro madrileño. Concretament, tardaron 230 minutos. Y en ese momento “su c orazón ya latía a un ritmo normal y con una función cardiaca estupenda”, añade Camino. Ahí fue cuando todo el equipo, de más de 300 profesionales, saltaron de alegría. Lo habían conseguido, “y a la primera”, afirma con orgullo la especialista.

¿Cómo funciona exactamente el programa ABO incompatible? En su efectividad son clave los perfusionistas, el equipo que coordina Javier Anguita, del Servicio de Transfusiones del hospital. El programa está dirigido a niños menores de seis meses que necesitan un corazón. El límite de edad es la clave, ya que durante esos primeros meses de vida el sistema inmunológico del niño no está lo suficientemente maduro y no cuenta con los anticuerpos responsables de la incompatibilidad sanguínea (los isohemaglutininas). Lo que significa que no rechaza el corazón de otro niño que tenga un tipo de sangre diferente a la suya. “Lo primero que se hizo al conocer que existía un corazón para Carla fue prepararla para la operacón (que duró 12 horas) y comprobar que su plasma está libre de anticuerpos”, afirma Anguita. Estos son los 30 minutos más críticos del procedimiento -sin tener en cuenta el momento en el que el corazón nuevo debe empezar a funcionar-. Tras esta confirmación se inicia la operación” y, como explica Camino, se utiliza un circuito de circulación extracorpórea, “unos tubos que entran y salen del corazón por cada ventrículo para que la circulación sanguínea se mantenga y, al mismo tiempo, se va limpiando de la sangre que pudiera tener algún anticuerpo”.

A Carla, en pocos días, le darán el alta de la UCI pediátrica, pero va a tener que estar muy controlada. “El niño adopta el grupo sanguíneo del donante y se hace un seguimiento primero diario y luego se va extendiendo la temporalidad hasta hacerlo cada tres meses”, sostiene Camino. Es importante destacar que los productos sanguíneos que se sustituyen no son los glóbulos blancos -que no cuentan con estos anticuerpos-, sino el plasma y las plaquetas que deben ser del grupo AB, carentes de isohemaglutininas.

Con este “hito histórico”, como lo califica la directora de la Organización Nacional de Trasplantes, Beatríz Domínguez-Gil, “vamos a pasar de un 60% de probabilidades de trasplantes cardiacos infantiles, a un 90”. Por ello, “queremos que se convierta en un programa nacional” y, para ello, ya “hay otros equipos que se están preparando en varios hospitales españoles. Es una puerta a la esperanza para los bebés como Carla y su familia”, añadió.