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Chupar café en grano o masticar césped: mitos que no evitan el alcoholímetro

Chupar granos de café, masticar césped, beber agua, hacer flexiones o esperar una o dos horas, son trucos de los conductores para no dar positivo

Chupar granos de café, masticar césped, beber agua, hacer flexiones o esperar una o dos horas, son trucos de los conductores para no dar positivo en el test de alcoholemia, pero también falsos mitos porque ninguna de estas prácticas obtiene ese resultado.

La aseguradora Línea Directa ha presentado hoy un estudio sobre este asunto a partir de una encuesta realizada a conductores de toda España y que concluye que el 10 por ciento de ellos -2,6 millones si se extrapola al censo total- ha puesto en práctica alguno de esos trucos.

Entre los más conocidos, los encuestados no dudan en nombrar los granos de café, precisamente expuestos en muchos bares en platitos para chuparlos y disminuir así el olor a alcohol.

Otro de las falsas creencias, y que se coloca en el número dos del "top 5"de los trucos, es esperar entre una o dos horas antes de volver a conducir, pero esto tampoco da resultado, ni masticar chicle o comer caramelo (tercer mito), beber agua (cuarto) o hacer ejercicio antes de someterse al control (quinto).

Pero hay otras prácticas menos habituales que, sin embargo, no sorprenden a los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, que en más de una ocasión han tenido que ver al conductor masticando césped, lamiendo la batería de litio de su móvil, chupando monedas de cobre o haciendo flexiones en pleno asfalto.

Si hay una comunidad en la que se da mayor credibilidad a los efectos de estas prácticas es Madrid, mientras que en el País Vasco es donde más porcentaje de conductores conoce la existencia de los mitos, pese a que no confían tanto como los madrileños en su éxito.

Y para demostrar que nada puede evitar el positivo si se ha bebido, la aseguradora promotora del estudio ha hecho una prueba con un hombre y una mujer de unos 37 años.

Tras una comida ligera, ambos se tomaron un tercio de cerveza, una buena copa de vino y un cubalibre bien cargadito. Lo habitual en una comida festiva. No hubo manera de que el alcoholímetro descendiera de la tasa límite máxima -0,25 miligramos de alcohol por litro de aire expirado-, ni siquiera cuando practicaron los trucos.

Hombre, de entre 18 y 29 años, que reconoce haber conducido bajo los efectos del alcohol y que usa dispositivos tecnológicos para evitar controles, es el perfil del conductor que más cree en estas tácticas.

Del sondeo se desprenden también otros resultados, como que dos de cada tres conductores creen que los controles de alcoholemia son una medida recaudatoria, que el 35 por ciento pone en duda la efectividad de los test y que el 9 por ciento de los encuestados aprueba el uso de los mencionados trucos.

Igualmente, dos de cada tres desconocen la tasa máxima de alcohol permitida y el 94 por ciento ignora el límite en que esta infracción se convierte en delito penal (0,6 miligramos de alcohol por litro de aire expirado).

Mientras, tal y como ha recordado Francisco Valencia, director de Gobierno Corporativo de Línea Directa, el número de conductores muertos en accidente y que habían ingerido alcohol o drogas sigue creciendo, pese al descenso global del número de fallecidos en siniestros de circulación.

Así, en 2012, según los resultados del Instituto Nacional de Toxicología, el 35 por ciento de los conductores fallecidos superaba la tasa límite del 0,25 y, de ellos, el 70 por ciento incluso la del 0,6.