Ciencia
Descubren células madre de raíces de 320 millones de años
Científicos de la Universidad de Oxford han descubierto la más antigua población conocida de células madre de raíces de planta, en un fósil de 320 millones de años. Las células, que dieron lugar a las raíces de una planta antigua, fueron encontradas en una punta de raíz fosilizada que se conserva en el Herbario de la Universidad de Oxford.
Además de revelar las células madre vegetales de raíz más antiguas hasta la fecha, la investigación marca el primer descubrimiento de raíces fosilizadas creciendo activamente, es decir, una planta antigua congelada en el tiempo. El estudio se publica en la revista "Current Biology".
El estudiante de doctorado Alexander (Sandy) Hetherington, autor del descubrimiento, dijo: "Estaba examinando una de las muestras de suelo fosilizado conservadas en el Herbario de la Universidad como parte de mi investigación sobre los sistemas de raíces de los árboles antiguos, cuando me di cuenta de una estructura parecida a las puntas de las raíces que vemos en las plantas de hoy".
"Me dí cuenta de que estaba viendo una población de células madre vegetales de 320 millones de años de edad conservadas mientras crecían, y era la primera vez que algo así había sido encontrado. Nos da una ventana única a la forma en que cientos de raíces se desarrollaron millones de años atrás"explicó. Las células madre están situadas en las plantas en las puntas de los brotes y raíces en grupos llamados meristemos. Los células madre que ahora se han descubierto en Oxford son diferentes a todas las que viven hoy en día, con un único patrón de división celular que permanecía desconocido hasta ahora.
Estas raíces son significativas porque componen las estructuras de enraizamiento de las plantas que crecieron en los primeros bosques tropicales de humedales a nivel mundial de la Tierra, con árboles de más de 50 metros de altura y fueron en parte responsables de uno de los eventos de cambio climático más dramáticos en la historia. La evolución de los sistemas de raíces profundas aumentó la tasa de meteorización química de minerales de silicato en las rocas - una reacción química que sacó el CO2 de la atmósfera, lo que llevó al enfriamiento de la Tierra y por lo tanto a una de las grandes edades de hielo del planeta.
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