Barcelona

El CSIC prevé una de las mayores llegadas de medusas de los últimos quince años

El Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona, adscrito al CSIC, prevé este verano una de las mayores llegadas de medusas a las costas catalanas de los últimos quince años, a tenor de los datos recabados durante el mes de julio y que, en el caso de algunas especies, sextuplican los registros de 2012.

En declaraciones a Europa Press, el investigador y experto en medusas, Josep Maria Gili, ha explicado que el aumento de los avistamientos se ha producido con carácter generalizado "en todas las playas", incluso con la detección de especies poco comunes hasta ahora en el Mediterráneo.

Gili ha especificado que de los 11 avistamientos de 'Pelagia nocticula' durante julio de 2012 se han pasado a cerca de 70 este año, en el caso de la 'Rhizostoma pulmo' se ha pasado de 73 a más de 120, y además se han observado ejemplares de dos especies poco habituales, la 'Discomedusa lobata' y la carabela portuguesa --'Physalia physalis'--.

Asimismo, especies invasoras que habían sido detectadas recientemente, como la 'Phyllorhiza punctata' y el ctenóforo 'Mnemiopsis leidyi' han consolidado este año su expansión, especialmente en la zona del Delta del Ebro, ha indicado Gili, lo que en su conjunto confirma la sospecha de que este verano presenta "una de las cifras más altas de medusas de los últimos quince años".

"Nos enfrentamos a un año de muchas medusas, pero la cooperación con ayuntamientos y corporaciones locales es más fuerte"y los convenios diseñados para hacer frente a este fenómeno complejo han demostrado su efectividad, ha resumido Gili, gran conocedor de la biología de estas especies tras lograr la reproducción en cautividad en los acuarios del ICM-CSIC de la mayoría de medusas que habitan en el Mediterráneo.

De hecho, ha destacado que aunque la presencia sea numerosa, en las cinco playas donde aparecen más medusas arrastradas por las corrientes y los vientos --Roses (Girona) y sur de Tarragona, entre otras--, no será necesario prohibir el baño más de quince días en los tres meses veraniegos, por lo que "no tiene sentido crear alarma de cara al turismo", ha insistido.

El problema de las medusas no es a nivel de costa, sino que es un problema ecológico de envergadura a mar abierto, ha precisado Gili, un fenómeno que solo puede revertirse cambiando radicalmente la gestión de los océanos, especialmente reduciendo las cuotas pesqueras.

Las abundantes lluvias de esta primavera y el retraso en la llegada de las temperaturas altas hacía pensar que este podía ser un año con una incidencia baja de medusas, algo que ha quedado superado durante los últimos días de julio y lleva a los expertos a reconocer que, pese a todo lo investigado y aprendido, todavía se desconocen muchos aspectos y es imposible predecir con exactitud dónde y cuándo se producen los 'blooms' de especies que crían en alta mar y sin pólipo, como es el caso de la 'Pelagia'.

COLABORACION MUNICIPAL

Gili, que pilota en Cataluña el despliegue de uno de los protocolos más avanzados del mundo en materia de medusas, ha destacado que para este año cuentan con la colaboración desinteresada de 57 ayuntamientos costeros para recibir información diaria sobre la situación de 185 playas --Cataluña tiene 230 playas en total--, lo que ha permitido mejorar la cantidad y la calidad de la información.

A nivel de gestión de playas, ha destacado que es absurdo salir a pescar medusas a más de 100 metros de la costa, ya que el viento y las corrientes pueden volver a empujar a estos animales mar adentro y por tanto es más efectivo prohibir el baño y esperar a que lleguen a la arena para recogerlas.

En caso de picadura, remojar la zona afectada con agua salada y aplicar frío, además de no rascarse para evitar que se disparen las células urticantes que no se han activado, permite resolver hasta el 90% de las incidencias.

En todo caso, es recomendable que asmáticos, enfermos cardiovasculares, dermatológicos y neurológicos, así como los más pequeños y mayores, tomen medidas de precaución adicionales, junto con aquellos que ya han sufrido una picadura a lo largo del verano.