Astronomía

El suelo de Marte, grano a grano

Una de las imágenes de Marte captadas con la nueva técnica
Una de las imágenes de Marte captadas con la nueva técnicalarazon

El ojo humano se acerca cada vez con más detalle al suelo de Marte, y gracias a una nueva técnica de alta resolución ha conseguido captar marcas y huellas en el terreno de apenas cinco minutos de diámetro.

Esto ha sido posible gracias al trabajo del equipo de investigación del University College de Londres (UCL), integrante del proyecto de exploración marciana PROVIDE, que ha utilizado la técnica Super-Resolution Restoration (o restauración de super-resolución, SRR) para sacar el máximo rendimiento a las imágenes de la superficie marciana.

En las fotografías procesadas se pueden ver como nunca hasta ahora, por ejemplo, los restos de lo que un día fueron lagos de agua, que fueron descubiertos por el vehículo explorador Curiosity de la NASA, o incluso las marcas que han dejado a su paso las ruedas del vehículo Spirit, también de la NASA, así como material rocoso de la meseta Home Plate.

Asimismo, el proyecto ha publicado imágenes de Beagle-2, un módulo de aterrizaje británico perdido que descendió a Marte en diciembre de 2004 pero que poco después perdió el contacto con la Tierra.

El proyecto finalizó formalmente en diciembre de 2015, pero esta técnica no se aplicó hasta recientemente para enfocar objetos concretos ubicados sobre Marte. Podría aprovecharse también para buscar y localizar otros artefactos provenientes de aterrizajes fallidos pasados y para determinar puntos seguros de aterrizaje con vistas a futuras misiones con vehículos exploradores (rovers). Asimismo, con esta técnica la comunidad científica podrá abarcar muchísimo más terreno que con un único rover, según la agencia de la UE Cordis.

Incluso con los telescopios más grandes y potentes que se pueden poner en la órbita terrestre es limitado el grado de resolución alcanzable en las imágenes de la superficie de nuestros vecinos planetarios más cercanos. Ello se debe a las restricciones relativas a la masa, sobre todo en la óptica de los telescopios, a la banda ancha de comunicación necesaria para remitir a la Tierra imágenes de más resolución, y a las interferencias causadas por las atmósferas planetarias. Las cámaras situadas en la órbita de la Tierra y Marte tan solo poseen una resolución máxima de unos diez centímetros.

La técnica de SRR permite ver, con el mismo telescopio de 25 cm, objetos de tan solo 5 cm. Dado que la superficie marciana cambia en escalas de tiempo de entre varias décadas y varios millones de años, es posible captar estas imágenes durante un periodo de diez años y, aun así, alcanzar una resolución elevada. La atmósfera de la Tierra es mucho más turbulenta y, en consecuencia, hay que obtener imágenes en cuestión de segundos para cada pila.

El equipo de PROVIDE aplicó la SRR a pilas de entre cuatro y ocho imágenes de 25 cm de la superficie marciana captadas con la cámara de HiRISE de la NASA con la meta de lograr una resolución de 5 cm, según Cordis. Aquí se incluyeron algunas de las últimas imágenes de HiRISE de la zona de aterrizaje de Beagle-2.