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La joya de Doña Rosa: un meteorito oculto 83 años
Rosa González Pérez ha donado al CSIC un fragmento del meteorito que vio caer en el 9 de julio de 1931 en la localidad leonesa de Ardón
Hace un par de años, José Antonio González, fan de los documentales científicos se interesó por una piedrecita negra que su tía Rosa guardaba en una cajita, más pequeña que una moneda de un euro. La anciana de 94 años ni dudó en relatarle la historia ya que esa mañana se le quedó grabada en la memoria. "Eran las nueve y media del 9 de julio de 1931, Rosa, una niña de once años, vecina de Ardón (León), iba a hacerle unos recados a su madre cuando escuchó varios truenos seguido y en el cielo surgió una estela de polvo. Delante de ella vio caer una pequeña roca humeante y al recogerla notó que aun estaba caliente aunque no quemaba. Le gustó el objeto y decidió quedárselo aunque no se lo comentó a nadie. 83 años después lo hemos podido analizar después de que su nieto se puesiera en contacto conmigo".
"Sabía que era un meteorito"
El relato lo narra Josep María Trigo, experto en meteoritos del Instituto de Ciencias del Espacio-CSIC. Con él se puso en contacto el sobrino de Rosa en 2013. "Quería saber qué era esa piedra que guardaba su tía y en cuanto me mandó la foto sabía que la roca era un meteorito y que podría ser uno de los más primitivos". Y es que de acuerdo con el estudio que ha realizado junto a Jordi Llorca, de la Universidad Politécnica de Cataluña, saben que "hace unos 26 millones de años la roca que produjo Ardón salió despedida de su asteroide por un gran impacto"y cayó hace más de ocho décadas en tierras leonesas. Para caracterizar la roca tuvieron que cortar varias láminas del ya diminuto objeto extraterrestre, de ahí que de su masa incial de 5,4 gramos, hoy sólo represente 3,6. Los análisis determinaron que era una condrita ordinaria que procede de un asteroide desconocido, no obstante "creemos que podría pertenecer al asteroide Gefión que se fragmentó hace cientos de millones de años"y por lo tanto se formó al igual que el resto de cóndrulos hace 4.565 millones de años, poco antes de que se consolidaran los asteroides. Este tipo de meteoro (porción de un asteroide capaz de atravesar nuestra atmósfera) representa cerca del 73% de todas las caídas de meteoritos conocidas hasta hoy. Así, Ardón nació poco después de la formación del disco protoplanetario cuando se produjo un colapso de calor que "formaron pequeños agregados, lo que daría lugar a embriones de planetas". El caso del asteroide al que pertenecía Ardón no se calentó lo suficiente como para crear un nuevo planeta. La materia nebular remanente quedó dispersada en un cinturón principal de asteroides de unos 300.000 que, en algunos casos, han sido desviados por perturbaciones con otros planetas hacia orbitas próximas a la Tierra y es que entre el 80 y el 90 por ciento de los impactos de esta zona llegan desde este cinturón.
Protección del patrimonio
La caída de Ardón no es un caso aislado ya que el número la llegada de estos elementos a la Tierra no es un hecho aislado. "Los estudios indican que, por término medio, debe acontecer anualmente en España la caída de un meteorito con una masa superior a un kilogramo", sostiene Trigo. Los investigadores sospechan que algunos meteoros podrían permanecer ocultos como secretos familiares o ser vendidos para acabar en colecciones privadas y es que la Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad de 2007 reconoce que los meteoritos españoles son patrimonio geológico y deben permanecer en el país y ser preservados por éste. Sin embargo, "no ha habido un interés por protegerlos y muchos terminan vendidos en láminas en Ebay", denuncia el científico. La familia de León, sin embargo, ha donado una sección de su ejemplar al Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC para que sea expuesto al público.
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