Astronomía

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La nave espacial Kepler ha hallado cinco nuevos planetas rocosos entre una serie de mundos que también han sido encontrados recientemente por la prolífica sonda de la NASA. La agencia espacial estadounidense ha explicado, durante la reunión de la Sociedad Astronómica Americana, que los planetas varían en tamaño, desde un 10 hasta un 80 por ciento más grandes que la Tierra. Para llevar a cabo este hallazgo y obtener datos de los planetas, se han realizado observaciones de seguimiento con mediciones Doppler de las estrellas anfitrionas de los planetas. El equipo midió la oscilación del reflejo de la estrella anfitriona causada por el tirón gravitacional que, sobre ella, ejerce el planeta en órbita. Esta observación revela la masa del planeta: cuanto mayor es la masa del planeta mayor es la atracción gravitatoria y, por tanto, mayor será el tambaleo.

"Esta maravillosa avalancha de información sobre planetas nos habla de su estructura de núcleo y su envoltura", ha señalado uno de los autores del trabajo, Geoff Marcy. "Ahora nos enfrentamos a preguntas desalentadoras acerca de cómo se forman estos mundos y por qué el Sistema Solar está desprovisto de algunos de los elementos más comunes en la galaxia", ha apuntado. Así, ha destacado que de dos de los nuevos mundos rocosos, denominados Kepler-99b y Kepler-406b, ya se sabe que son un 40 por ciento más grande en tamaño que la Tierra y que tienen una densidad similar al plomo. Ambos orbitan su estrella en menos de cinco y tres días, respectivamente, por lo que, según los investigadores, son demasiado calientes para sostener la vida tal y como se conoce.

En este sentido, ha explicado que las mediciones de densidad dictan la composición química posible de los planetas extraños. De este modo, saben que los más pequeños tienen un núcleo rocoso y que las proporciones de hidrógeno o helio, entre otros componentes, varían dramáticamente. La NASA espera ahora, 'armada' con esta información, poder convertir la fracción de estrellas que albergan planetas tamaños en la fracción de estrellas que albergan planetas rocosos. "Y eso es un paso más cerca de encontrar un entorno habitable más allá del Sistema Solar", ha concluido Marcy.