Ciencias naturales
Los camellos gigantes prehistóricos del Ártico
Un grupo de científicos hallan restos de un mamífero predecesor del rumiante de hace 45 millones de años. Treinta piezas confirman la presencia de que esta especie estuvo adaptada a climas fríos
Si a alguien le dicen que hubo camellos en el Ártico, quizás frunza el ceño enrarecido. Pero sí, un grupo de investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Canadá ha identificado el primer resto que confirma la existencia de un camello gigante en la zona ártica canadiense. «El camello fue identificado sobre la base de 30 pequeños fragmentos óseos fósiles, que juntos forman parte de un hueso de la pierna. Los primeros huesos fueron recogidos en 2006, y el resto fueron recogidos en 2008 y 2010. Así, se han estudiado durante aproximadamente seis años», explica Dan Symthe, uno de los investigadores del museo.
Pese a la sorpresa, hay que matizar que antes se habían encontrado otros mamíferos como los osos, castores, ciervos pequeños, y los tejones en el mismo período (3,5 millones de años atrás), pero esta es la primera vez que los restos de un camello se han encontrado tan al norte. Por ello, los paleontólogos barajan la posibilidad de que los camellos fueran capaces de migrar a través desde el norte de América del Norte.
«Ya se sabía que el grupo de animales que dieron origen a los camellos (así como las llamas) se originó en América del Norte unos 45 millones de años. Sin embargo, encontrar restos de un camello en el Alto Ártico fue una sorpresa, porque hasta ahora no había hallado otros restos. Sólo unos en Yukon de Canadá, 1.200 kilómetros al sur, pero aún en las latitudes septentrionales o alta. Así, la evidencia de los huesos fósiles indica que un camello vivía en la isla de Ellesmere aproximadamente hace tres millones y medio de años, lo que sugiere que el ancestro de los camellos modernos estaba originalmente adaptado a vivir en un medio ambiente polar», subraya Symthe.
Conclusiones
Los investigadores, cuyo trabajo aparece publicado en «Nature Communications», destacan que este estudio proporciona la primera evidencia de camellos que viven en un polar ártico boreal de tipo forestal. «Esto sugiere que el ancestro de los camellos modernos se especializó a vivir en un bosque ártico», apuntan.
La determinación de la edad del fósil (alrededor de tres y medio millones de años) es también significativa porque, «cuando el camello estaba vivo, la temperatura media del planeta era 2°C a 3°C más caliente de lo que es hoy. Con lo que se puede apuntar la magnitud del calentamiento global previsto para los próximos 100 años. La edad del camello Ártico (a mediados de los Plioceno) presenta un posible histórico analógica para el calentamiento futuro», resumen.
Por otro lado, una serie de recientes investigaciones fósiles realizadas en la zona de Strathcona Fiord muestra que cuando estas temperaturas mundiales en la época del Plioceno fueron de 2°C a 3°C más elevadas, en el área de Strathcona en la isla Ellesmereal, al norte del archipiélago canadiense oscilaron entre los 14°C y 22°C, una temperatura mucho más caliente que la que hay hoy en día.
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