Investigación científica
¿Tratar la diabetes sin pinchazos?
Un nuevo fármaco testado en animales permite reducir las dosis de insulina a sólo una inyección al mes.
Tecnología de vanguardia imitando a la naturaleza. Ese es el logro que acaban de anunciar bioingenieros de la Universidad de Duke, que han sido capaces de diseñar un sistema de control de la glucosa en sangre con una sola inyección que dura varias semanas, quizá incluso meses. El invento ha sido probado con éxito en ratones y primates pero, de demostrarse su fiabilidad también para seres humanos, supondría una mejora drástica en la calidad de vida de los afectados por diabetes tipo 2 (la versión más común de la enfermedad) que podrían dejar de necesitar suministros diarios de insulina y tratarse con una sola inyección cada varias semanas.
Se trata de un biopolímero que controla el suministro de la insulina y optimiza su circulación por la sangre del paciente. La nueva terapia se ha descrito por primera vez en la edición de ayer de la revista «Nature Biomedical Engenieering».
Muchos de los actuales medicamentos contra la diabetes tipo 2 se basan en un marcador molecular llamado GLP1 (péptido similar al Glucagón- 1). Esta molécula manda al páncreas las señales para producir insulina y así controlar la cantidad de azúcar en la sangre. El problema es que la vida media de este péptido es muy breve y en cuestión de pocas horas empieza a ser expulsado por el cuerpo. Ese es el motivo por el que los fármacos basados en esta molécula han de suministrarse continuamente.
La ciencia lleva años buscando el modo de alargar la vida de GLP1. Se ha investigado, por ejemplo, con microesferas que lo contengan o anticuerpos que estimulen su actividad. De ese modo se han logrado algunas fórmulas que llegan a permanecer útiles una semana. El problema de estas otras terapias semanales es que no se había logrado un sistema que controlara la dispensación del fármaco de manera gradual, por lo que la efectividad del mismo va perdiendo valor con el paso de los días.
Ahora, los expertos de Duke han utilizado una estrategia diferente: han encapsulado al péptido en un polipétido sensible al calor llamado ELP. El producto puede inyectarse a través de la piel usando una jeringuilla estándar. Una vez dentro del músculo, la solución reacciona al calor del cuerpo humano y genera una especie de gel que envuelve al fármaco. A medida que el envoltorio gelatinoso va disolviéndose de nuevo, el medicamento va siendo liberado, de manera gradual y duradera.
De ese modo se consigue, en primates no humanos, un control de la glucemia hasta tres veces más duradero que el que se logra con las terapias actuales.
Los investigadores quieren ahora probar el medicamento en otros modelos animales antes de dar el paso hacia una prueba clínica en humanos. De hecho creen que este sistema podría servir no sólo para tratamientos de diabetes sino para otras enfermedades, por ejemplo, para el suministro lento y duradero de analgésicos en pacientes con dolores crónicos.
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