Astronomía

Un fallo en el telescopio Kepler de la NASA amenaza su futuro

La NASA ha anunciado que el telescopio Kepler, encargado de buscar pruebas de la existencia de planetas similares a la Tierra, presenta un "fallo"en el sistema de dirección del aparato que podría poner en peligro su futuro.

Los técnicos espaciales indicaron que han perdido el control de dos de los cuatro rotores utilizados para estabilizar el telescopio y ajustar la dirección de sus lentes.

"Es cierto que necesitamos tres rotores de reacción. Pero no diría que Kepler está caído y fuera de operaciones", explicó el jefe científico de la NASA, John Grunsfeld, en teleconferencia.

Asimismo, la agencia espacial reconoció que "existen claras indicaciones de que ha habido un fallo interno en el rotor", por lo que el telescopio ha sido pasado al Modo de Seguridad de Propulsión Controlado, a la espera de que los técnicos intenten la difícil reparación.

Por ahora, el aparato está en situación "estable y segura", agregó Charles Sobeck desde el centro Ames Research Center en Moffett Field, California, que lo controla.

No obstante, explicaron que con este fallo en el segundo rotor "es poco probable que el telescopio pueda volver al punto de exactitud que garantiza su fotometría de alta precisión".

La NASA apuntó, en una nota de prensa, que, aunque la recolección de datos concluyese, "la misión tiene sustanciales cantidades de información aún por analizar y la secuencia de descubrimientos científicos se espera que continúe por años".

El Kepler, que vigila más de 150.000 estrellas en busca de planetas o candidatos a planetas y ha sido una las misiones recientes de más éxito de la NASA, se encuentra orbitando el Sol a 64.000 millones de kilómetros de la Tierra.

Lanzado en 2009 en busca de pruebas de la existencia de planetas similares a la Tierra o en los que se den las condiciones de temperatura medias donde pueda existir agua líquida, durante sus primeros años de misión ha detectado 132 planetas más allá de nuestro sistema solar.

El Kepler, con un presupuesto de 600 millones de dólares y cuya misión estaba previsto que concluyera a finales de 2012, fue prolongada hasta el 30 de septiembre de 2016.