
Sucesos
Un ciudadano reclama la herencia de 14 millones de euros de un empresario fallecido tras demostrar que es su padre
El acontecimiento concierne una acción fraudulenta cometida antes del fallecimiento del susodicho y un juicio que tendrá lugar el año que viene

En España, los conflictos legales por herencias se han convertido en una constante en los tribunales, especialmente cuando hay grandes patrimonios en juego. El sistema sucesorio español, aunque regulado por el Código Civil, puede presentar notables diferencias según la comunidad autónoma, como ocurre con Navarra o el País Vasco, donde el marco legal permite interpretaciones distintas sobre la legítima o los derechos forzosos. A esto se suma la complejidad del impuesto de sucesiones, que varía en cada región y en algunos casos puede alcanzar cifras desorbitadas, obligando incluso a renunciar a la herencia. En este contexto, los conflictos entre herederos legítimos, supuestos herederos biológicos, sobrinos, amigos cercanos o incluso entidades religiosas son cada vez más comunes.
Un caso paradigmático se está desarrollando actualmente en los juzgados de Madrid. Un hombre guipuzcoano ha iniciado una batalla legal para reclamar la herencia de un empresario leonés recientemente fallecido, después de que un tribunal reconociera judicialmente su paternidad. Este proceso no solo ilustra los conflictos familiares derivados de relaciones extramatrimoniales, sino que también pone sobre la mesa el papel de los albaceas, la gestión del patrimonio tras el fallecimiento y la posibilidad de que algunas maniobras previas al testamento busquen evitar el cumplimiento de la ley sucesoria. La disputa incluye intereses económicos, conflictos de sangre y estrategias legales que atraviesan varias comunidades autónomas.
Una prueba de paternidad y la herencia en el aire
El demandante, cuya identidad no ha trascendido, logró en una primera sentencia que se reconociera al empresario leonés como su padre biológico. La prueba de ADN mostró una compatibilidad del 99 % y se sumaron testimonios y evidencias físicas que consolidaron su versión. A raíz de ese fallo, el siguiente paso fue acudir a los tribunales para reclamar su parte legítima de la herencia, valorada en más de 14 millones de euros. Esta cuantía, según alega la parte demandante, fue en parte desviada a terceros como sobrinos, amigos, un oculista y órdenes religiosas antes de que pudiera acceder a ella legalmente.
Uno de los puntos más polémicos del caso reside en el comportamiento del albacea del empresario, quien habría cobrado durante años un salario mensual de 10.000 euros al mes por la gestión del legado, sin rendir cuentas judiciales hasta ahora. El demandante exige que ese papel de administrador sea fiscalizado por el juez, alegando que no ha habido transparencia en el reparto del patrimonio. La defensa sostiene que los movimientos fueron legítimos y que el fallecido expresó en vida su voluntad de repartir sus bienes de determinada manera.
El fraude cometido antes del fallecimiento
Además, se investiga un posible intento de evasión legal del empresario antes de su muerte. Según el demandante, el empresario se empadronó en un modesto piso de Pamplona poco antes de fallecer, pese a vivir en realidad en una lujosa residencia de Madrid. Con esta maniobra, habría intentado acogerse a los beneficios fiscales de Navarra, comunidad donde las restricciones a la herencia forzosa son más laxas que en otras regiones. La jugada, según la acusación, tenía como objetivo evitar que el hijo biológico accediera a parte del patrimonio.
El origen de la relación familiar también añade tensión al caso. El guipuzcoano afirma ser fruto de un romance que su madre mantuvo con el empresario leonés en la década de los 70. Fue recién a los 16 años cuando se enteró de la verdadera identidad de su padre. A partir de entonces, intentó acercarse a él, pero asegura que siempre fue rechazado, incluso cuando ya era adulto. Solo tras su muerte logró impulsar la vía judicial para exigir el reconocimiento de filiación, paso indispensable para cualquier reclamación de herencia.
¿Cuándo se dictaminará la resolución del caso?
El juicio definitivo está previsto para abril de 2026 en Madrid. Mientras tanto, el caso sigue generando debate sobre las lagunas del sistema en España , el papel de los jueces en la interpretación de voluntades testamentarias y la creciente judicialización de los conflictos familiares relacionados con grandes patrimonios. También pone de manifiesto cómo el concepto de “heredero legítimo” ya no se define solo por la sangre o por la voluntad escrita en un testamento, sino por un complejo entramado de factores legales, sociales y emocionales.
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