Plantas
No cometas este error si no quieres que tus plantas se estropeen durante el verano
Durante los meses más calurosos, un descuido muy habitual puede arruinar tu jardín sin que apenas te des cuenta.
Con la llegada del verano y sus temperaturas extremas, cuidar las plantas se convierte en un auténtico reto. Aunque la mayoría de personas intenta mantener su jardín sano regándolo con frecuencia, muchos cometen un gesto tan habitual como perjudicial, uno que podría estar saboteando el bienestar de las plantas sin que lo sepan. Es un error común, pero tiene consecuencias serias: hojas quemadas, raíces estresadas y, en el peor de los casos, plantas marchitas.
Este fallo, repetido cada año por aficionados a la jardinería e incluso por propietarios bienintencionados, no siempre se detecta a tiempo. Las señales de que algo va mal (manchas en las hojas, marchitamiento repentino o un crecimiento más lento...) suelen atribuirse al calor o a plagas, cuando en realidad tienen su origen en una mala práctica muy concreta. Pero, ¿de qué se trata exactamente?
El gran error para tus plantas: regar en el peor momento
Según coinciden expertos en horticultura y jardinería, regar las plantas durante las horas de máximo calor, especialmente entre las 12:00 y las 16:00, es uno de los errores más dañinos que se pueden cometer en verano. A esas horas, el agua se evapora tan rápido que las raíces apenas tienen tiempo de absorberla. Además, las gotas que quedan sobre las hojas pueden actuar como pequeñas lupas, concentrando los rayos del sol y provocando quemaduras que afectan seriamente a la salud de la planta.
Estas quemaduras se manifiestan como manchas marrones o blanquecinas, que no sólo afean el follaje, sino que también debilitan la planta y la hacen más vulnerable a enfermedades. Pero este problema no sólo afecta a la parte visible de la planta. La falta de hidratación en el momento adecuado puede generar un estrés hídrico profundo, con consecuencias en el desarrollo general de la especie.
La solución es sencilla y eficaz: regar a primera hora de la mañana, entre las 6:00 y las 8:00. Es el momento en el que el suelo aún conserva el frescor de la noche y el sol aún no ha comenzado a evaporar el agua con tanta intensidad. Así, las raíces pueden absorber el riego de forma efectiva, preparándose para afrontar el calor del día.
Además, regar por la mañana permite que las hojas se sequen con rapidez, lo que ayuda a prevenir la aparición de hongos y otras enfermedades fúngicas que proliferan en ambientes húmedos y sin ventilación. Es un gesto sencillo, pero que marca una gran diferencia en el aspecto y la salud de cualquier jardín.
No obstante, algunos optan por regar al anochecer, lo cual puede ser útil si no se ha podido hacer por la mañana. Sin embargo, es importante tener precaución. Si el follaje queda mojado durante la noche y no se seca a tiempo, aumenta el riesgo de proliferación de hongos. Por eso, si decides regar por la tarde, hazlo con tiempo suficiente para que el exceso de agua se evapore antes de que caiga la noche.
Otros consejos clave para el verano
Además del horario, hay otras recomendaciones que pueden ayudarte a mantener tus plantas en óptimas condiciones durante el verano:
- Opta por riegos profundos y espaciados, en lugar de regar un poco cada día. Esto estimula el crecimiento de raíces más profundas y resistentes.
- Comprueba siempre la humedad del sustrato antes de regar. Introduce un dedo unos centímetros: si la tierra está húmeda, espera.
- Protege las macetas del sol directo o colócalas en zonas con sombra parcial, sobre todo si están hechas de barro, ya que se calientan más rápido.
- Agrupa las plantas con necesidades similares para facilitar el riego eficiente y evitar excesos o carencias.
Regar correctamente en verano no depende sólo de la cantidad de agua, sino de cuándo y cómo lo haces. Evitar el error de regar en las horas más calurosas y adaptar tu rutina de jardinería a las necesidades reales de cada planta puede evitarte disgustos innecesarios.
Si quieres que tu jardín sobreviva y prospere durante los meses más duros del año, madrugar un poco para regar es una inversión que tus plantas te agradecerán con flores, hojas verdes y mucha vida.