
Maternidad
Cómo afecta el estrés a la gestación del bebé: la respuesta de los expertos
La ansiedad, el estrés o la falta de apoyo de la madre puede repercutir en la salud física y psicológica del feto

El embarazo es una etapa maravillosa y única en la vida de una mujer, pero también puede ser un periodo de gran estrés. El estrés en el embarazo puede surgir por diversas razones, desde preocupaciones sobre la salud del bebé hasta cambios físicos y emocionales que experimenta personalmente la madre.
Sentirse estresada es común durante el embarazo porque es una etapa de muchos cambios. La vida familiar, el cuerpo y las emociones están en constante transformación. Sin embargo, es imprescindible evitar que exceda los límites porque resulta perjudicial para el bebé.
Qué es el estrés maternal
El estrés materno prenatal hace referencia al estrés que experimenta una madre durante su embarazo. Este puede ser crónico, vinculado a eventos en curso en la vida de una mujer, o agudo, vinculado a cambios repentinos en la rutina diaria o el entorno de una mujer.
El estrés pone en marcha un proceso de activación biológica de regulación que puede favorecer que la placenta libere ciertos factores biológicos que actuarán sobre diversos sistemas en el feto. Y esta es la clave para entender por qué el estrés durante el embarazo se puede asociar a un mayor riesgo de desarrollar ciertas enfermedades en la descendencia.
Qué le pasa al bebé si la madre está estresada
El aumento de los niveles de algunas hormonas que provoca el estrés en el embarazo, según un estudio que se publicó en The Journal Physiology realizado en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, afecta al normal desarrollo del feto. El estrés materno durante el embarazo hace que el bebé reciba grandes cantidades de cortisol, la hormona que se libera como respuesta al estrés. Esto puede producir una reducción del aporte sanguíneo en la placenta. De esa manera, llegan menos nutrientes al feto.
En las hormonas que genera la madre parece encontrarse la clave de la influencia del estado de ánimo materno en su hijo, pero también en esa conexión interviene el sexo del bebé. Un estudio de la Facultad de Medicina Charité University de Berlín publicado en la revista Biologycal Psychiatry, señala que las hijas de las madres con estrés pueden tener problemas de depresión y ansiedad en la infancia. Curiosamente, los varones no presentaron estos problemas.
Consecuencias a largo plazo
El estrés padecido durante la gestación deja huella en el ADN del niño, produciendo lo que se conoce como modificación epigenética, que no es una mutación, sino un cambio en la expresión del gen que no produce transformaciones en la secuencia del ADN. El gen en cuestión es el denominado receptor de glococorticoides (GR), que está relacionado con los problemas de comportamiento y las enfermedades mentales.
Los estudios muestran que el resultado más común visto en niños o adolescentes cuyas madres sufrieron del estrés durante el embarazo, es la incapacidad emocional para lidiar con el mismo cuando crecen. Otros de los efectos que el estrés de la embarazada puede tener sobre el feto son:
- Bajo desarrollo neurológico (sobre todo en las primeras semanas del embarazo, lo cual puede causar problemas intelectuales y del lenguaje futuros en el niño).
- Importante disminución del peso del bebé (principalmente en el primer trimestre, teniendo como consecuencia problemas de desnutrición en el niño)
- Puede llegar a producir un aborto espontáneo, si no se toman las precauciones necesarias para evitar que el bebé sufra de estrés dentro del útero materno.
Tener un sistema de apoyo, ya sea familiar o de asistencia terapéutica, es la clave para que la futura madre se sienta emocionalmente estable y para impedir que el bebé sufra de estrés durante el embarazo.
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