
Reportaje
¿Cómo era el territorio español hace 70 años?
Telespazio Ibérica y el Instituto Geográfico Nacional desarrollan una base de datos que digitalizará mapas antiguos para ver la evolución de ciudades, cultivos y bosques

La historia territorial de un país es algo que goza de gran importancia. ¿Cómo y hacia dónde han crecido o se han expandido las zonas urbanas? ¿Qué ha pasado con las tierras de cultivo en los últimos tiempos? ¿Cuántas hectáreas de bosques han desaparecido?
Contestar este tipo de preguntas se antoja como algo necesario para ver de dónde venimos y, sobre todo, hacia dónde vamos. Ahora, por primera vez en la historia, un proyecto nacional permitirá reconstruir la evolución de nuestros paisajes partiendo de la década de los años 50 gracias a la información que arrojan mapas del siglo pasado y que ahora se han digitalizado.
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha adjudicado a Telespazio Ibérica –empresa dedicada a la geoinformación y servicios satelitale– la puesta en marcha del denominado «Sistema de Información sobre Ocupación del Suelo de España Histórico», una base de datos que digitalizará los mapas más antiguos del país para mostrar la transformación de la Península.
Documentos históricos
El proyecto recopilará 572 hojas del Mapa Topográfico Nacional (planos que se hacían a mano en las décadas de los años 50 y 60) y se apoyará en fuentes históricas tan valiosas como el vuelo americano de 1956 gracias al cual se consiguió el primer registro aéreo completo de España, así como también se usará material cartográfico que se ha facilitado desde distintas comunidades autónomas. A partir de estos elementos se generará una base de datos geográfica georreferenciada que permitirá observar la expansión de las ciudades, el desarrollo de infraestructuras, la pérdida de cultivos o la transformación de los bosques a lo largo de siete décadas.
En una entrevista para LA RAZÓN, Óscar Muñoz, director de Cartografía en Telespazio Ibérica, explica los beneficios que puede tener esta acción: «Los análisis históricos pueden dar información clave sobre el crecimiento de la población; la expansión de zonas urbanas; la vegetación y la pérdida de ésta; el desarrollo de los cultivos y el efecto que el clima ha generado en ellos; el uso de los suelos… Hay muchos ámbitos en los que se puede sacar información importante comparando los productos de antes con los productos actuales», asegura.
Proyecto pionero
Hasta ahora no se había hecho nada similar que abarcara a toda España. «Sí se han realizado acciones parecidas a nivel local, regional o autonómico. Galicia y Andalucía, por ejemplo, sí tenían información cartográfica de bastante tiempo atrás, pero lo que se pretende ahora es abarcar todo el país y poder así hacer comparativas también entre las comunidades, gracias a tener un lenguaje común», indica Muñoz. Al no haber nada unificado hasta la fecha, cada región sacaba sus propias especificaciones, y no era posible compararlas entre ellas: «A lo mejor Andalucía clasificaba los bosques por la altura de los árboles, y Cataluña lo hacía por el tipo de hoja. Lo bueno de este nuevo contrato es que vamos a unificar toda la información a nivel nacional, y ahora sí se podrán hacer comparativas reales», señala el representante de Telespazio Ibérica.
Esta base de datos, al igual que todos los productos que se generan desde el Instituto Geográfico Nacional, será abierta. Esto quiere decir que cualquier persona podrá acceder a ella y todos los materiales nuevos que se generen podrán descargarse.
Para Óscar Muñoz, esta concesión por parte del IGN supone «la consolidación de Telespazio y el reconocimiento al trabajo realizado hasta la fecha». Y es que, antes de este contrato, existieron buenos antecedentes.
Éxito del proyecto piloto
«Ya se nos concedieron otros contratos piloto relacionados con esta misma línea, así como con la Investigación y el Desarrollo. Para nosotros, este nuevo proyecto supone un avance porque podemos implementar nuevas tecnologías, realizar más investigaciones y desarrollar algoritmos de, sobre todo, teledetección», explica Muñoz. Este último concepto hace referencia al proceso de obtener información sobre un objeto o fenómeno sin contacto físico directo, generalmente mediante el uso de sensores a distancia.
Lo que se posibilita con esto es analizar grandes áreas territoriales simultáneamente, suministrando datos objetivos de una misma zona en distintas fechas, permitiendo así la realización de estudios multitemporales.
En el proyecto piloto que ya realizaron desde Telespazio, en el segundo semestre de 2023, se separó digitalmente las tintas de los mapas antiguos disponibles. Se usó una de color azul para el agua; verde para la vegetación; roja para ciudades e infraestructuras; y negra para la red de transporte. Gracias a esta técnica se generó una base de datos geográfica semiautomática (asistidas por un fotointérprete) que mostraba, por ejemplo, la extensión de bosques, cultivos o áreas urbanizadas. «El logro más importante fue que conseguimos, de forma automática, separar y extraer las tintas. Al hacerlo, pudimos generar productos automáticos. Luego lleva un refinamiento manual, obviamente, pero los automatismos que se hicieron reducen enormemente el tiempo de producción», explica Óscar Muñoz. Ahora, el nuevo contrato permitirá refinar este proyecto, diferenciando incluso entre vegetación natural y cultivada para ofrecer una cobertura del suelo más precisa y útil.
Según la experiencia del Director de Cartografía de Telespazio Ibérica, si hay algún ámbito en el que esta información resulta especialmente clave es en el sector medioambiental. Lo que se puede llegar a comparar con estos mapas va a ser muy útil para saber qué vegetación se ha ganado y cuál se ha perdido; o cómo nos está afectando el aumento de emisiones de carbono. «Considero que todos vamos en el mismo camino, que es el de intentar averiguar cómo nos va a afectar el cambio climático», sentencia. Ahora podremos ver los efectos de lo ocurrido hasta ahora, y eso podrá dar buenas pistas sobre lo que está por venir.
IA, análisis automatizado y digitalización
Este proyecto combina digitalización histórica, análisis automatizado de imágenes y algoritmos de Inteligencia Artificial, reduciendo así la intervención manual y asegurando que los resultados sean replicables en todo el país y trazables para su uso científico y administrativo. «Los mapas son una fuente de información vital que sirve para temas muy serios: vigilar la deforestación, ver el efecto de los incendios, seguir el cambio climático, ver dónde faltan carreteras u hospitales...» explican desde Telespazio Ibérica.
El valor del proyecto a nivel medioambiental
Este registro histórico de cartografía no solo tiene un valor patrimonial y científico, sino que también será clave para la acción climática y la planificación territorial. De acuerdo con reglamentos europeos, los Estados deben demostrar la trazabilidad de los cambios en el uso del suelo durante las últimas décadas para calcular emisiones y absorciones de dióxido de carbono. En este sentido, la base de datos que se generará podrá ayudar a verificar de forma objetiva la evolución que han experimentado los paisajes rurales, urbanos y costeros, apoyando estrategias de mitigación del cambio climático y ordenación del territorio.
Una de las ambiciones de Telespazio Ibérica pasa por convertirse en «los ojos que cuidan la Tierra», pues gracias a sus múltiples servicios de geoinformación desarrollan herramientas esenciales para anticiparse a riesgos, coordinar la respuesta ante emergencias y proteger tanto a los ciudadanos como al medio ambiente. «Mejorar la vida de las personas desde el Espacio» es una de las premisas que están detrás de esta entidad, que ya ha sido clave en situaciones delicadas como pueden ser la gestión de incendios.
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