Rutina
Cómo sobrellevar el cambio de hora: consejos para mantener tu rendimiento y productividad
Puede llevar varios días, incluso semanas, adaptarse completamente al nuevo horario
El anunciado cambio de hora, que se realiza cada año en la madrugada del último domingo de marzo, es un evento que a menudo provoca discusiones y debates. Este año, el cambio se producirá específicamente a las dos de la mañana del domingo 26 de marzo. Es el momento en el que adelantamos nuestro reloj una hora para adaptarnos al horario de verano, lo que significa que, en efecto, perdemos una hora de sueño.
La pérdida de esa hora de sueño puede causar alteraciones en nuestros ritmos circadianos, provocando problemas de sueño, fatiga y falta de concentración. Estas interrupciones en nuestra rutina de sueño regular pueden hacer que sea más difícil despertarse por la mañana, mantenerse alerta durante el día y conciliar el sueño por la noche.
Además, puede llevar varios días, incluso semanas, adaptarse completamente al nuevo horario. Este período de adaptación puede afectar nuestro desempeño en el trabajo y en nuestras actividades diarias. No obstante, hay estrategias que podemos adoptar para evitar que el cambio de hora afecte nuestra productividad.
Adaptarnos al cambio
La clave es la preparación. En los días previos y posteriores al cambio de hora, es aconsejable exponerse a la luz solar. Esto puede ayudar a sincronizar nuestros ritmos circadianos con los ciclos naturales de luz y oscuridad. Recuerda, lo que cambia es nuestra percepción del tiempo durante el día, no el tiempo en sí.
Además, se aconseja que, en los días previos al cambio, nos levantemos unos minutos antes cada día. Este pequeño ajuste permitirá que nuestro cuerpo se adapte gradualmente al nuevo horario, suavizando el impacto del cambio. Aunque quizás no deberíamos centrarnos tanto en cuánto tiempo dormimos, sino en la calidad real del sueño.
Crear un ambiente propicio para el descanso puede ser más útil que cualquier otra estrategia de preparación. Esto incluye minimizar la luz y el ruido en la habitación, mantener una temperatura cómoda y limitar el uso de dispositivos electrónicos, ya que la luz azul que emiten puede alterar los patrones de sueño.
Después del cambio de hora y hasta que el organismo se adapte, se aconseja no dormir siestas para no tener problemas para dormir por la noche. Evita consumir bebidas que puedan afectar el sueño, como café, té, alcohol, bebidas de cola o energéticas, especialmente durante la tarde. Es importante tener paciencia y resistir la tentación de tomar medicamentos para dormir durante el ajuste al cambio de horario.
Es importante recalcar que, en esta situación, más importante que este tipo de estrategias prácticas es el cambio de actitud y perspectiva sobre el cambio de hora. En lugar de verlo como una pérdida de tiempo, podemos verlo como una oportunidad para tener más luz durante el día. Hacer un esfuerzo extra por mantenernos enfocados y organizados nos ayudará a superar este pequeño bache en nuestro calendario.
Finalmente, para mejorar el humor con el que afrontamos esa “hora robada”, se recomienda realizar ejercicio suave, preferiblemente en las primeras horas del día y nunca justo antes de acostarte. El ejercicio aumenta la concentración de serotonina y de otros neurotransmisores en el cerebro, favoreciendo un despertar más alegre y enérgico.
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