Ciencia

Se compran genes para investigación médica

La adquisición de una de las compañías de información genética más famosas del mundo revoluciona la industria farmacéutica

Test genético usado para el análisis de linfocitos T
Test genético usado para el análisis de linfocitos TAlberto R. RoldánLa Razón

Los genes cotizan en bolsa, y de momento no consta que estén sujetos a las veleidades arancelarias de Donald Trump. Esta semana, la industria farmacéutica se ha visto sacudida por una compra millonaria que puede aclarar el futuro de un mercado incierto: la compraventa de información genética individual.

La empresa biotecnológica Regeneron, con sede en Tarryntown, Nueva York, ha comunicado la adquisición de 23andME, una de las compañías de gestión de datos genéticos más famosas y controvertidas del mundo. La corporación adquirida se encontraba al borde de la quiebra y ha protagonizado sonadas polémicas relacionadas con la seguridad de los datos que atesora de más de 15 millones de personas.

23andMe se ha dedicado a realizar test genéticos por encargo desde hace más de dos décadas. Sus servicios consisten en la venta de kits domésticos para extraer muestras de ADN. Con ellos, millones de consumidores han podido conocer sus ancestros o recibir información sobre su herencia biológica. En 2013, sin embargo, la FDA (la agencia reguladora de alimentos y medicamentos en Estados Unidos) limitó en parte su actividad. De hecho, restringió la capacidad de 23and Me de interpretar desde el punto de vista médico los resultados que obtenía de los test de sus clientes.

La información genética es cada vez más específica y una empresa de este calibre no estaba autorizada a extraer conclusiones sanitarias directamente del consumidor.

En 2015, las limitaciones en ese sentido fueron suavizadas y la compañía experimentó un gran crecimiento gracias a posibilidad de ofrecer los datos genéticos privados a entidades que pudieran garantizar un uso de interés médico. En 2021, 23andMe era una empresa cotizada que, gracias a multitud de famosos que acudían a la genética para conocer sus ancestros, llegó a gozar de una gran popularidad.

Pero su evolución se truncó repentinamente cuando en octubre de 2023 un ataque informático expuso miles de datos privados de clientes, lo que reveló la vulnerabilidad de los detalles más íntimos depositados por millones de personas. La crisis reputacional condujo a la empresa a una sonada quiebra.

Ahora, la compañía y, sobre todo, la información sensible de 15 millones de clientes, cambian de manos. En una operación valorada en 256 millones de dólares, Regeneron acomete el futuro de la actividad de 23andMe y se hace cargo de garantizar la seguridad de los datos almacenados: miles de millones de unidades de información sobre genes humanos.

El objetivo de la empresa compradora es poder utilizar esa información de manera anónima para la investigación médica. Regeneron es una empresa que suele aparecer en los medios de comunicación. Su actividad se centra en desarrollar y comercializar medicamentos de nueva generación. Aunque inició su andadura a finales del siglo XX enfocada a la búsqueda de terapias de medicina regenerativa, se ha especializado en tratamientos de base genética. En los últimos años ha obtenido interesantes resultados en innovaciones como los inhibidores del Factor de Crecimiento Vascular Endotelial (útiles para combatir ciertos tumores), las dianas genéticas contra el colesterol y las terapias inmunitarias oncológicas.

Uno de sus avances más conocidos popularmente fue el tratamiento experimental con anticuerpos monoclonales contra los efectos de la covid. El proyecto recibió el impulso de la financiación de emergencia del Gobierno de Estados Unidos para el desarrollo en tiempo récord de medicamentos contra la infección (lo que fue llamado «Operación Velocidad Máxima»). De hecho, el tratamiento de Regeneron saltó a los medios de todo el mundo cuando Donald Trump, entonces en su primer mandato presidencial, fue infectado por el coronavirus y se trató con el anticuerpo experimental en las instalaciones del Walter Reed National Military Center de Maryland. El tratamiento no había sido aprobado aún por la FDA, pero los médicos de la Casa Blanca accedieron a él en fase experimental gracias al programa de uso compasivo de medicamentos.

La innovación en salud depende cada vez más del manejo de grandes cantidades de datos genéticos. La mayor dificultad en este terreno no es procesar los datos (ya se cuenta con algoritmos potentísimos capaces de mover miles de millones de unidades de información en tiempo récord) sino recopilarlos. Regeneron cuenta con una base de datos genéticos de cerca de 3 millones de personas a las que unirán ahora los 15 millones de clientes de 23andMe.

La operación de compra, que se espera que pueda culminar a final de este año, se realizará bajo la premisa de garantizar los más altos estándares de seguridad y confidencialidad de los datos manejados. Si se termina produciendo, la jugada dará origen a uno de los conglomerados de investigación biomédica más potentes del mundo. Un símbolo de nuevos tiempos en los que el ADN se ha convertido en un nuevo oro.