Literatura

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Carmen Balcells, la dama de hierro que también lloraba

La 2 estrena el documental «La cláusula Balcells» sobre la agente literaria

Carmen Balcells junto a Fidel Castro y Gabriel García Márquez
Carmen Balcells junto a Fidel Castro y Gabriel García Márquezlarazon

La 2 estrena el documental «La cláusula Balcells» sobre la agente literaria

La figura de Carmen Balcells es titánica, abrumadora, gargantuesca. La decana de las agentes literarias, madre de la generación del «boom» latinoamericano y dinamizadora de la relación entre autores y editores, es prácticamente insondable. La 2 estrena esta noche el documental «La cláusula Balcells», un cuidado y documentado intento de arrojar luz sobre este personaje irrepetible de las letras hispanoamericanas. Dirigido por Pau Subirós, realizado por Neus Ballús, y con guión de Xavi Ayén, periodista cultural y autor del imprescindible «Aquellos años del Boom», el filme descubre a través de importante material inédito quién era, cómo trabajaba y el por qué de la grandeza de su mito.

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Durante 55 minutos, el filme incluye testimonios de la plana mayor de sus autores, de Isabel Allende a Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, Wendy Guerra, Juan Marsé, Eduardo Mendoza, Javier Cercas y un largo etcétera. Además da voz a su hijo, Luis Miguel Palomares, que aclara como nunca antes el problema de su sucesión, o amigos como el editor Ricardo Rodrigo, incluso su chófer, Dionisio Avilés, y su astróloga, Guimar Eguillón.

Aunque el hallazgo más revelador de la cinta es que, al tener pleno acceso a sus archivos, se podrán escuchar grabaciones inéditas de la propia Balcells. «Cuando todos los empleados de la agencia se iban, ella se quedaba y aprovechaba para grabar dictados de cartas, de presidentes del Gobierno a escritores. A veces, dejaba abierta la grabadora y se escuchan reflexiones de su propia vida, lo que deja al descubierto su grandeza», comenta Ayén, que para preparar «Aquellos años del Boom»» ya estuvo en contacto directo con la agente días y días, de dos a tres horas. «Como cualquier relación mantenida en el tiempo, tuvo sus altibajos, pero fue muy generosa en todo momento. Como dicen muchos testimonios, tenía un carácter de hierro que, a veces, si no te doblegabas a sus conveniencias, podía estallar», señala Ayén.

El documental deja constancia directa de la capacidad de Balcells de fusionar su dimensión profesional con la privada y pone ejemplos de hasta qué límite interfería en la vida de sus autores, hasta el punto de convertirse en una segunda madre. Por ejemplo, Isabel Allende confiesa cómo, tras el rechazo de 20 editoriales, fue Balcells la que le dio confianza para seguir escribiendo. «Si no, seguiría siendo administradora en un instituto», asegura. Vemos cómo Marsé confiesa cómo la agente llamó a su madre para convencerla de que dejara de hacer trabajar a su hijo como joyero y se dedicase profesionalmente a la escritura o cómo curó depresiones de diferentes escritores, como Marcos Ordóñez. «Hablaba con las madres, con las mujeres, con las novias, interfería en las vidas de sus autores para que nada enturbiase su escritura», asegura Ayén.

Además, el documental incluye múltiple material doméstico inédito, como la grabación de la fiesta de su 80 cumpleaños en el que Vargas Llosa loa su figura o la oímos como llora al conocer la muerte de Vázquez Montalbán. Y además descubrimos cómo podía hablar a un tiempo con figuras tan dispares como José María Aznar y Fidel Castro. «Ella podía tener sus ideas, pero no interferían en su trabajo», asegura Ayén. Desde luego, una película imprescindible.

La productora del documental, Batabat, intentó sin éxito hacer el filme en vida de Balcells, en la foto, junto a uno de sus nietos pero la reticencia de la agente a dejarse filmar lo hicieron imposible. Tras su muerte, se volvió a abrir la posibilidad, con la plena colaboración de su hijo. Una de las dificultades, por ejemplo, ha sido contar con imágenes de la propia Balcells que, en los últimos años, sólo dejó unos tres minutos de entrevista grabada tras la muerte de García Márquez.