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Conquistar Eurovisión con barba

Conchita Wurst posando en una imagen de su Twitter
Conchita Wurst posando en una imagen de su Twitterlarazon

Eurovisión sigue abriendo el armario de las excentricidades año tras año. En las últimas ediciones se ha convertido en una suerte de circo por el que pasearon personas disfrazadas de pavos, orcos, superhéroes y demás fauna festivalera, sin embargo, el certamen también ha abierto un espacio a la diversidad sexual con concursantes travestis, «drag queens» y transexuales. Ahora Austria ha elegido como representante de la próxima edición en Copenahgue al concursante que, con toda certeza, será el que acapare los principales focos y miradas entre el 6 y el 10 de mayo: «La mujer barbuda», más conocida como Conchita Wurst –lo que traducido al español equivale a Conchita Salchicha–. Con este nombre se presenta el baladista travestido, antes llamado Thomas Neuwirth y conocida en su país por su voz y su cuidado y oscuro vello facial. Wurst cumple así el sueño de participar en el festival después de quedarse a un paso del certamen de 2012, cuando el jurado que debía elegir entre ella y la banda Trackshittaz, lo hiciera por los segundos. Un año más tarde, y con tiempo por delante hasta la cita la mujer de la barba ya ha comenzado a ser conocida en toda Europa. Sin embargo, el antiguo Thomas Neuwirth ya fue un habitual de la televisión austriaca en 2006, cuando simplemente era un joven escaparatista y con algo de talento, decidió acudir al programa musical «Starmina». No logró ganar –quien sí lo hizo fue Nadine Belier, representante austriaca en Eurovisión 2011–, pero su segundo puesto le proporcionó el empuje necesario para formar una «boyband» que duró únicamente ocho meses.

Desde entonces, el joven Neuwirth pasó al olvido hasta que en 2011 decidió crear su álter ego de la mano de Conchita Wurst. Ya metido en su nuevo personaje, se presentó en un programa musical similar a «Tú sí que vales» y encandiló al público y al jurado con su versión de «My Heart Will Go On» de Céline Dion. Con la elección de Wurst, la televisión pública austriaca pretende cambiar el rumbo de sus últimas participaciones. El resultado no está garantizado, pero el ruido mediático ya lo tiene asegurado.

Y mientras las extravagancias siguen engrosando la lista del festival, países como Serbia, Grecia y Croacia se han dado de baja por la imposibilidad de hacer frente al pago que requiere la Unión Europea de Radiodifusión para concursar en el festival. Por otro lado, Turquía está barajando la opción de no acudir por estar en desacuerdo con las normas y el sistema de votación, mientras que Portugal y Bosnia, ambos ausentes en la última edición, podrían regresar.