Nueva York

«El barajas» da la nota más que nunca

Canco Rodríguez («Aída») canta y baila en «Hoy no me puedo levantar»

El actor posa orgulloso en su calle y con su perro
El actor posa orgulloso en su calle y con su perrolarazon

La entrevista parece casi un encuentro fortuito. Juan José Rodríguez, Canco para sus amigos, tiene el tiempo justo para tomarse un café por su barrio, cerca de Conde Duque antes de seguir con su camino hacia la Gran Vía. Su vida va tomando forma desde que su registro se amplía más allá de su papel de «el barajas» en la serie «Aída». Ahora podemos verle en el Teatro Coliseum de Madrid en el papel de un batería en el musical «Hoy no me puedo levantar». «Empecé a dar clase de voz hace un año y eso me dio motivación para presentarme a un casting musical. Pensé que no me iban a coger porque hacen falta muchos años de canto para que te cojan en un musical, pero en ese espectáculo había un personaje que no cantaba, y pensé que me podría presentar», explica el actor malagueño. Con su visión siempre práctica entendió que «en los musicales hay chicos que actúan regular y cantan muy bien, yo voy a ser de los que actúan bien y cantan regular. Fui a hacer la prueba como si fuera la última de mi vida y me la comí». Tras unas palabras con el director musical y una lucha continua «cantaré 30 segundos, o un minuto, pero es suficiente. No canto más porque el público tampoco tiene que sufrir mis caprichos». Este es un cambio de registro muy importante para el actor que ya lleva bastante tiempo en Madrid y que prefiere que las cosas vayan despacio, a su ritmo. «Secun de la Rosa en la dirección de actores nos ha cuidado mucho y sabía que yo quería disfrutar esos momentos, porque aun no me ofrecen muchos papeles dramáticos. Tengo grandes momentos en los que no sonrío y no hago el chiste», cuenta orgulloso.

Aún no está lo suficientemente asustado por la pasión que levanta su personaje en «Aída» que le ha reportado casi 90.000 seguidores en Twitter y que la primera búsqueda en Google sea sobre sus novias. «¿Ah, sí? Lo de la novia no me lo esperaba. Como no hablo de mi vida privada ni cuelgo fotos personales, al no darles esa información puede que le interese más a la gente. En un escaparate con 90.000 personas voy mirando lo que pasa y animando a la gente, aunque también tuve algún problema en las redes sociales, sobre todo cuando comenzó el movimiento 15M, que era cuando estaban más calientes», confiesa Canco.

Extenso currículum

Canco ha participado en series españolas como «Agitación más Iva», «Hospital Central» y «Aladina», de la que también fue guionista, pero dice no conocer el secreto para que la ficción española funcione: «Creo que con mi edad todavía puedo pensar que hay un truco o una fórmula, pero cuando llegue a cierta edad me daré cuenta de que no hay nada de eso. Pero estoy en la época de tener esperanzas y creer en algo, no se qué hay que hacer, pero lo mínimo es que en los equipos de trabajo todos sean profesionales: que los actores sean actores, no hijos de actores, ni vecinos de actores ni guapos ni guapas. Que el guionista lo sea, no que se haya hecho un pequeño máster de guión de veinte días... Hoy en día cada vez hay más cachondeo aquí y no sólo hablo de actores. Yo he trabajado con gente de sonido que casi no sabe coger una pértiga o que hay desenroscarla pértiga para abrirla. Me da igual que no tengas trabajo y que tu padre sea el dueño de ésto, sobre todo cuando tienes un montón de amigos y compañeros sin trabajo. Y la fórmula no se cuál es, pero tenemos dejar de copiar el sistema americano, que es buenísimo, pero no es el nuestro. Ese sistema donde un capítulo de ellos son como tres películas españolas de presupuesto. Yo creo que Aída funciona mucho porque es el sainete español de toda la vida, del Lazarillo, de la picaresca, personajes hechos como en la comedia del arte», asegura el intérprete. Siempre cercano a los clásicos, se pirra por el teatro: «Es lo que está más a mano; yo no puedo hacer hacer una película aunque quiera, ni una serie, pero sí teatro. Decía Peter Brook que el teatro puedes hacerlo donde quieras siempre que traces una línea que separe al público de ti; o sea con que arrastres el pie en la arena y decidas a qué lado va el escenario, ya estás haciendo teatro».

De Málaga al «Bronx»

Pocos conocen que en su pasado están sus estudios de periodismo: «Me gustó mucho la carrera pero lo dejé en tercero. Mis hermanos son muy estudiosos, de sobresalientes y yo era de aprobados y de estudiar para septiembre y cuando acabé COU me matriculé en periodismo y aprobé todas el primer año, me encantó la carrera, me motivó. Y así hasta el tercer curso lo que pasa es que a la vez que empecé la carrera comencé arte dramático y ese año yo ya estaba locamente enamorado del teatro. Se lo dije a mis padres "me vais a pagar la carrera y no voy a estudiar". Me sorprendió que me apoyaron tanto». Tuvo su propia compañía de mimo y sus giras amateur por Andalucía hasta que llegó el momento de irse a la capital.

«Llegue en Daibus, seguramente porque mis padres no pudieron traerme. No me vine con una mano delante y otra detrás sino que llegué con un respaldo familiar pagándome un piso mis padres y eso ha sido una suerte. Me dijeron "Tu dedícate a estudiar y cuando termines te pones a trabajar". Lo único que les aseguré y que lo cumplí fue que las horas que yo tendría que haber trabajado para pagar el piso las iba a dedicar a trabajar para ser actor», explica. Después se hizo un tour por todas las escuelas de cine y se hinchó a hacer cortos hasta llegar a los 200 en tres años. «Madrid me encantó porque para mí era Nueva York, lo más moderno que había en el mundo. Aquí hay un metro y para mí eso era el Bronx, yo llegué con eso de "Cuidado con el metro de Madrid!".

No descarta volver a estudiar una carrera porque se considera «aprendiz de mucho pero también maestro de algunas cosas. Abogo por aprender de todo; por ejemplo, la música es mi pasión, si me preguntas yo te diré que quiero ser rockero y quiero llenar estadios. Me gustan los instrumentos, Primero aprendí guitarra, que no la toco bien, pero la toco y luego la flauta el saxofón, el bajo y ahora el piano. Ahora no toco tanto la guitarra porque es más fácil sacar el piano de la funda».

«Aída», que parece interminable, le ha dado su gran oportunidad en la televisión y reconoce estar agradecido por el éxito. «Ahora en octubre hemos empezado nuevos capítulos». Quizá el mayor esfuerzo sea poder con ambos proyectos: «Espero compaginar ambas cosas, las grabaciones de la serie son tranquilas, aunque acabas cansado mentalmente. Luego voy al teatro y me canso físicamente. El musical son tres horas y media. Y los fines de semana hago doblete».

Papel dramatúrgico

Su papel en «Hoy no me quiero levantar» tiene un «objetivo dramatúrgico y es oxigenar los momentos dramáticos y lo bueno es que el personaje tiene una evolución». Según Canco empieza siendo un guerrero de los 80 al que «todo le vale, es un heavy-punki», y cuando llega el mundo de las drogas es el que está siempre arriba, «un cómico al estilo de Shakespeare». Lejos de estar molesto con la asociación que se hace con su personaje de «Aída» defiende el trabajo que hay detrás: «Me dicen: "Tú no trabajas, tu llegas y lo que te sale". Antes me molestaba, pero ahora me da placer. Tengo que conseguir eso, que parezca fácil; si vieran los hilos del personaje sería un rollo, tiene que parecer que va solo».