Televisión
El «reality» cruza la línea roja
La muerte de un joven en un programa de la MTV se suma a los dos fallecidos en el «Supervivientes» francés y apremia la necesidad de un marco regulador para el género
La telerrealidad como género parece haber tocado techo, al menos dentro de ese difuso espacio en el que se enmarcan la ética y la deontología.
La telerrealidad como género parece haber tocado techo, al menos dentro de ese difuso espacio en el que se enmarcan la ética y la deontología. La cancelación en EE UU del «reality show» de MTV «Buckwild» –que retrataba el alocado estilo de vida de un grupo de jóvenes en el ambiente rural de West Virginia– tras el fallecimiento de uno de sus protagonistas llega en un clima global de reflexión sobre estos formatos, propiciado por las dos recientes muertes en el programa francés «Koh Lanta», y ha puesto la señal de alarma sobre la peligrosa deriva que puede adquirir el género si se sigue produciendo sin un marco regulador. La ministra gala de Cultura, Aurélie Filippetti, defendió la medida para garantizar «que se preserva la dignidad de los seres humanos, de los concursantes y de los telespectadores».
Frenar el «riesgo»
El programa de MTV «Buckwild» se estrenó el 3 de enero en EE UU y, gracias el respaldo de la audiencia, se había confirmado una segunda temporada que finalmente no se emitirá tras el fallecimiento de Shain Gandee, de 21 años. El joven apareció muerto junto a su tío y a un amigo dentro del Ford Bronco que conducían. La muerte se produjo por inhalación de monóxido de carbono, ya que el tubo de escape del vehículo se había quedado sumergido en barro. Una muerte ajena al «reality», como señala en el comunicado la cadena, pero que ha supuesto su cancelación. «Nos gusta mucho el reparto y el programa, por lo que no ha sido una decisión fácil de tomar, pero teniendo en cuenta la trágica muerte de Shain y lo esencial de su presencia, sentimos que no era apropiado continuar sin él», afirman.
La decisión va en la misma línea que adoptó el canal francés TF1 tras el fallecimiento de Gérald Babin, un concursante de 25 años del programa «Koh Lanta» –una suerte de «Supervivientes»–, que falleció de un paro cardiaco tras la realización de la primera prueba física. Días más tarde se suicidaba el médico que lo atendió, Thierry Costa, de 38 años, después de que se filtrasen a la prensa francesa varios testimonios en los que se aseguraba que la productora impidió al doctor atender al joven de inmediato. Asimismo, afirman que, pese a que Babin ya se encontraba indispuesto tras la prueba, le obligaron a grabar sus primeras impresiones en el programa. Unos hechos que han llevado a la intervención del Consejo Superior Audiovisual galo, que propone «reforzar la exigencia general de prevención de riesgos que los ''reality'' pueden entrañar». Junto a las televisiones, apuesta por crear una comisión en la que se acuerden medidas «con especial atención al respeto de la dignidad humana en todas las circunstancias y la protección del público juvenil y los menores. La reflexión debe conducir a que se reexamine la legislación y la reglamentación actuales».
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