La mirada de Sierra Maestra

Gracias a su instinto periodístico, en el siglo XX estuvo en todos los sitios en los que había que estar: la guerra del Canal de Suez; en Sierra Maestra cuando la mayoría de los periodistas ninguneaban la trascendencia que podían tener Fidel Castro y su guerrilla –su gran exclusiva–; en Viena durante el encuentro entre John F. Kennedy y Nikita Kruschev en 1961; junto a James Meredith, en Misisipi, cuando el primer estudiante negro ingresó en una universidad estadounidense... cubrió el asesinato de Kennedy y la marcha sobre Washington que lideró Martin Luther King, los conflictos de Rodesia, de Angola y de Bangladesh cuando se independizó de Pakistán... Suma y sigue hasta su última guerra: el asedio de Sarajevo.

Amor por la profesión

«Ejercí el periodismo, como los hombres y mujeres que se abrazan a una profesión, como otros toman los hábitos y hacen votos de castidad», comentó Enrique Meneses, que falleció ayer en Madrid a los 83 años de edad. Su vida y su trayectoria fueron torrenciales, en cantidad y en calidad, convirtiéndose en uno de los referentes del periodismo español. Conoció pocas redacciones, siempre fue un «free lance» que vio cómo sus trabajos se publicaban en «Paris Match», «The New York Times» y «Blanco y Negro», entre otros medios.

Nacido en la capital de España, era hijo del periodista Enrique Meneses. Sus primeros años los vivió en el exilio francés para regresar a nuestro país en 1945. Hastiado de un periodismo ramplón, rápidamente entendió que su obligación era perseguir las noticias allí donde estuviesen. No dudó, siendo aún un adolescente, en coger un taxi para ir a Linares y cubrir la muerte de Manolete.

Poco después, España se le quedó pequeña. En 1954 se trasladó a Egipto, donde realizó un viaje de ida y vuelta desde El Cairo a Ciudad del Cabo. En 1957, se hizo un nombre y una reputación que le acompañarían durante toda su vida, al ser el primer reportero infiltrado en la guerrilla de Fidel Castro en Sierra Maestra. En unos tiempos donde la tecnología no era la gran aliada de los periodistas, primaba la astucia. Meneses sacó los negativos cosidos a las enaguas de una joven cubana. Fueron publicados cuando él todavía estaba en Cuba, por lo que fue encarcelado por el régimen de Batista. Después vino un periplo que le llevó a todos los rincones del mundo y a fotografiar a personajes como Husein de Jordania, al Dalai Lama, a Faisal II, Picasso, Dalí...

El fotoperiodista también enriqueció la programación de RTVE al dirigir los programas informativos «Primera Plana» (1964-1965), «Los reporteros» (1973-1976), el espacio radiofónico «Los aventureros» (1982) y «Robinson en África» (1984). Entre los aspectos más curiosos de su carrera cabe reseñar que fue el director de la versión española de «Playboy».

Meneses nunca se jubiló. En los últimos años se reinventó a sí mismo y entró de lleno, y por la puerta grande, en internet. Fue de los primeros periodistas que entendieron el potencial de la red. Creó su blog en 2003, tenía una cuenta en Twitter y seguía animando a los jóvenes periodistas a luchar por su profesión pero sin acomodarse.